La Policía Nacional inmovilizó diez toneladas de almeja japónica capturada por furtivos en Portugal e introducidas ilegalmente en España en el marco de una operación en la que los agentes han realizado 19 entradas y registros y 20 inspecciones administrativas en las provincias de Pontevedra, Santander, Huelva y Guipúzcoa. Así, los investigadores localizaron una veintena de viveros que comprarían el marisco.

La presunta organización criminal compraba las almejas a los furtivos en torno a los tres euros el kilo para después venderlas a los viveros a unos siete euros. Finalmente, el producto llegaba al mercado español a alrededor de los 12 euros.

Autoridades lusas alertaron de la situación en 2015. Identificando a los transportistas se llegó hasta alguna de las empresas que recibían la mercancía en España. Tras exhaustivas pesquisas se identificaron una veintena de viveros de Santander, Huelva, Guipúzcoa y, principalmente, en Pontevedra, que estarían "blanqueando" la entrada de almeja japónica.

La organización portuguesa obtenía "pingües beneficios" de la compraventa. En el año 2017, y con el objeto de acreditar este tráfico ilícito, las autoridades lusas pararon varios vehículos de la trama, interviniendo mercancía ilegal.