El peso de la actividad pesquera de la flota gallega en Gran Sol es "estructural" para la economía, según un estudio elaborado por el Grupo de Investigación en Economía Pesquera y Recursos Naturales de la Universidade de Santiago (USC) encargado por la Xunta y que evalúa el impacto económico del Brexit en la pesca de Galicia. De acuerdo con este informe, y por la vinculación del sector extractivo con la industria de transformación, financiera, transporte o servicios jurídicos, una eventual salida del caladero de Gran Sol supondría un impacto directo de 533 millones de euros, ante lo que la Xunta defiende que se mantenga el estatus actual.

Según informó la Consellería do Mar, esa cantidad se corresponde a los ingresos medios de la flota que pesca en aguas escocesas y británicas, de la que forman parte 96 buques, 66 de ellos ("prácticamente el 70%") con puerto base en Galicia. "Solo en remuneración de asalariados, en valor calculado a 2016, se superaron los 140 millones de euros", indica el estudio, que presentó ayer la conselleira do Mar, Rosa Quintana, a la directora de Política Pesquera del Atlántico, Mar del Norte, Báltico y Regiones Ultraperiféricas, Helene Clark. "En el caso de que el Reino Unido restringiese caprichosamente las licencias, el escenario posible arrastraría consecuencias para todo el sector", añadió la titular de Mar.

Quintana trasladó a los representantes comunitarios que el escenario más favorable con carácter inmediato es mantener el statu quo respecto a las condiciones de pesca en aguas británicas tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea, pero alegó que el acuerdo al que se llegue a largo plazo debería estar vinculado al acceso mutuo a los recursos, a las zonas pesqueras y al mercado.

El informe, presentado el mes pasado en el pleno del Consello Galego da Pesca, no hace referencia a la actividad en las Falkland (islas Malvinas), donde operan buques de capital gallego tanto con bandera española como británica. Londres accedió hace un mes a prolongar el periodo transitorio hasta 2021, pero todavía no firmó ese compromiso. Bruselas advirtió de que, de no refrendarse, Reino Unido pasará a ser un "tercer país" y sus mercancías estarán sujetas a aranceles.

Quintana se mostró ayer "tranquila" sobre el transcurso de las negociaciones tras comprobar que la pesca está considerada como un "motivo fundamental" en ellas.