Mientras que Ernesto Penas Lado, que lo fue todo en la Consellería de Pesca con Manuel Fraga como presidente de la Xunta, y que hoy es el espejo en el que se mira la DG Mare, sostiene que no hay futuro para la pesca en Europa sin abordar los descartes, la conselleira do Mar, Rosa Quintana, en una conferencia celebrada en Vigo para tratar sobre la reducción y gestión de los descartes, manifestaba que la Xunta continuará apoyándose en estudios técnicos y en medidas que doten de una mayor flexibilidad ante la política de descartes cero que se aplicará desde el próximo año y que choca frontalmente, dijo, "con el criterio de reparto de cuotas de pesca de la UE" porque la Xunta, añadió, quiere evitar "progresivamente" los descartes en la pesca.

¿Quién me compra un lío?

¿Descartes para garantizar una pesca con futuro o un futuro de la pesca sin descartes?

Si en verdad no se ponen de acuerdo quienes tienen en sus manos poder decidir el futuro de las pesquerías y, por tanto, de la pesca en general, ¿qué responsabilidades demandan a aquellos que tan solo quieren pescar y que la pesca continúe existiendo para que también sus empresas pesqueras puedan mantenerse en pie?

Los descartes no son plato de gusto para los pescadores. Estos no ven que sean una solución y se basan en un hecho inapelable: para que peces contigentados, regulados, controlados hasta el paroxismo se conviertan en "descartes", han tenido que ser capturados e izados a bordo de las embarcaciones. Es decir, solo es un descarte el pez muerto. Ergo: no evitamos la mortandad de peces por pesca, lo que da a entender que tan solo prohibiendo pescar se logra el objetivo que la UE pretende con su ley de prohibición de los descartes (que enfrenta a la UE y a la Xunta de Galicia) de total aplicación a partir del 1 de enero de 2019.

No sé si Ernesto Penas Lado piensa en las consecuencias reales de una ley de descartes aplicada a machamartillo a las distintas flotas que, en el caso de Galicia sin ir más lejos, se dedican a la captura de casi todo lo que en el mar se menea y que será en un porcentaje suficientemente alto candidato a descarte, la vía más directa para impedir que los barcos se dediquen a su principal función, que es la de pescar. Si no pescan, la alternativa es el desguace. Si van el desguace, sus tripulantes van al paro. Sin pescado no funcionan los mercados ni la industria.

¿Qué quiere, entonces la DG Mare de la Unión Europea? ¿Qué poder de confrontación tiene la Xunta en este dilema basado en caracteres tan dispares del planteamiento descartesiano?

¿Es solo un juego de palabras y mientras los responsables de Bruselas juegan la baza del descarte, aquí planteamos futuros inmediatos de corte electoral? ¿Está verdaderamente convencida la Xunta de que los descartes han de regularse progresivamente hasta llegar a una formulación contraria a los mismos, eso que la Consellería do Mar califica de "descartes cero"?

¡Puff! Un café de pota, please. Y unas gotitas de aguardiente del bueno, por favor.