Cuando el conflicto del PSOE se convirtió en guerra abierta, Susana Díaz (no se sabe bien si líder de la revuelta contra Sánchez o solo cabeza de puente) apercibió del desgarro y fragmentación del partido y proclamó que era tiempo de unir y de coser. Este fin de semana, efectivamente, el PSOE acabó hecho trizas. Parece, pues, que comienza para el partido su tiempo entre costuras. Voces y portavoces de todas las corrientes proclaman ahora el tiempo de coser y, en el mismo sentido, se escuchan los llamamientos desde prácticamente todos los minaretes y alminares mediáticos, que aprovechan para proclamar la capital importancia de la formación socialista para la supervivencia, más que del sistema, del modelo aún vigente. Importancia que parecía pasar bastante desapercibida. Sin embargo, me malicio de que todos estos, cuando hablan de coser, se refieren simplemente a remendar o zurcir el traje para seguir usándolo aunque quede como un harapo. Mejor sería, pienso yo, que los socialistas asumieran haber llegado al suelo o al techo, según se mire, de su crisis o catarsis, también según se mire, optaran simplemente por desnudarse y despojarse de sus harapos y se afanaran en tomarse bien las medidas, diseñar, cortar y coser un traje completamente nuevo, que es lo que en realidad necesitarían ellos y los ciudadanos. Y esto que predico de los socialistas creo que es necesario para toda la izquierda, aunque en otros los remiendos, de momento, se noten menos. Es el traje nuevo para las izquierdas en su conjunto el que hay que confeccionar. Una confección de buen diseño, con costuras eficientes pero tan finas que logren ese aire inconsútil de una prenda, capaz de armonizar los diversos colores y las diversas tramas de las mejores telas. Hay que reconocer que, entre otras causas, fueron también los harapos de los socialistas y tantos remiendos de las izquierdas los que han permitido que Rajoy vuelva al gobierno, con o sin nuevas elecciones, que esto ya está escrito y, por lo tanto, es tiempo de que los demás, a las izquierdas me refiero, se desnuden y abran un tiempo entre costuras, pero para confeccionar ese traje nuevo, imprescindible para, algún día, cambiar algo las cosas.