Gustavo Machín (La Habana, 1961) es desde hace un año el embajador de Cuba en España, pero a veces tiene la sensación de estar en la isla caribeña en lugar de en Madrid. "Este país es el único en el que no he sentido añoranza. La estancia está superando mis expectativas. Creo que es porque los cubanos y los españoles somos muy parecidos", dijo ayer este diplomático antes de dar su apoyo a una declaración de la Asociación 100x100 Cubanos contra el bloqueo de Estados Unidos a su país.

-¿La reciente visita de Pedro Sánchez a Cuba ha contribuido a mejorar las relaciones entre ambos países?

-Hacía 32 años que un presidente del Gobierno español no viajaba a Cuba. Así que la visita fue como saldar una deuda. España y Cuba siempre han gozado de una relación estable salvo en el periodo de gobierno de Aznar, ahora estamos consolidando el vínculo. Por eso creo que el viaje de Sánchez respondió a los profundos lazos históricos y culturales que existen entre el pueblo cubano y el español. La amistad y el entendimiento están por encima del color político del Estado.

-¿Han fructificado proyectos específicos de colaboración entre España y Cuba?

-Durante el viaje de Sánchez se acordó incrementar la presencia española en Cuba a nivel económico y comercial. No se firmó nada específico, pero no debemos perder de vista que España es el tercer socio comercial de Cuba y no se ha explotado a fondo esa potencialidad.

-Si Cuba está fomentando las relaciones con España, ¿es posible que los Reyes visiten su país?

-Un monarca español nunca ha visitado Cuba. El Rey está invitado oficialmente desde hace dos años. Sería bienvenido porque el pueblo cubano es respetuoso y amistoso. Es cierto que se ha estado hablando de esa posible visita, pero no le puedo decir cuándo se va a concretar. Eso sí, me consta que hay voluntad de ambas partes para que sea lo más pronto posible.

- ¿El presidente Miguel Díaz-Canel apuesta por una reforma de su sistema político y económico?

-Cuba está en transformación desde 1959. Es cierto que a partir de 2010 estamos actualizando nuestro sistema económico y social. Díaz-Canel ha recogido la herencia del gobierno anterior para que sea un sistema más eficiente que se traduzca en un mayor bienestar de la sociedad.

-¿El proceso de cambio debería ser hacia la democracia?

-Es un error encasillar la democracia en un único proyecto. Cada país tiene singularidades que determinan la forma en que allí se ejerce la democracia. Me refiero a peculiaridades económicas, políticas, geográficas o poblacionales. Lo importante es que se tenga en cuenta la opinión del pueblo porque él tiene el poder.

-¿De qué manera el gobierno cubano tiene en cuenta la opinión del pueblo?

-Estamos elaborando una nueva Constitución. El Parlamento aprobó el anteproyecto y el texto se sometió a debate. Ocho millones de cubanos -de doce que somos- participaron en un debate público abierto sin condiciones ni limitaciones. Además, se han hecho más de 650.000 propuestas de modificación que serán tenidas en cuenta en el texto final. Tachan a Cuba de dictadura cuando ha sometido a debate el texto de su nueva Constitución.

-El PIB de Cuba apenas crecerá un 1% en 2019. ¿El bloqueo de Estados Unidos es el principal obstáculo para su desarrollo?

-Sí. Cuba vive en condiciones anormales desde hace casi 60 años. El 76% de los cubanos no conoce otra realidad que no sea vivir bajo el bloqueo americano. Es algo que afecta al comercio y tiene efectos extraterritoriales. En 2017 el huracán Irma provocó pérdidas de 14.000 millones de dólares. Los planes de crecimiento se vieron afectados y no tenemos liquidez porque no tenemos acceso a los organismos financieros internacionales.

-¿Cree que se puede negociar con Donald Trump?

-De momento, no. Estamos en franco retroceso de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Obama no levantó el bloqueo, pero al menos apoyó que se suspendiera y rebajó mucho la tensión política. Trump está haciendo justo lo contrario.