Martín Barreiro (Lugo, 1977) reaparecía este fin de semana ante las cámaras de La 1 tras superar el Covid-19 para volver a dar la predicción del tiempo. Aunque los síntomas fueron leves y no requirió hospitalización, el meteorólogo gallego, licenciado en Física, reconoce que ha vivido días muy duros por los síntomas persistentes y por la incertidumbre de no saber qué iba a pasar. Precisamente por ello y por las miles de personas que han fallecido, reclama prudencia en la desescalada. Entiende que solo siendo estrictos en el cumplimiento de las normas de seguridad se puede frenar una pandemia que, recuerda, no solo está haciendo estragos en la salud, sino también en la economía de cientos de familias.

Acaba de regresar a la televisión. ¿Cómo ha sido la reincorporación?

Un poco extraña porque todo ha cambiado mucho. Desde que me dieron la baja. Ahora las mascarillas, las medidas de higiene y la distancia entre personas marcan la vuelta al trabajo y hacen muy distinta la forma de trabajar.

Comenzó a sentirse mal el 8 de marzo, aunque en un principio le diagnosticaron una faringitis.

Sí, de madrugada empecé a sentirme mal, pero era un dolor de garganta, algo que he tenido en un montón de ocasiones, y me diagnosticaron una faringitis. Para mí no dejaba de ser algo normal, pero las circunstancias hacían que tuvieras que tomar otro tipo de decisiones. Yo decidí aislarme para no contagiar. No sé si eso era ya Covid-19 o no. Sé que después pasaron días en los que incluso no estuve tan mal, pero que luego empecé a empeorar. No los he contado, pero fueron más de 40 o 50 días con síntomas. Afortunadamente, no fueron tan graves como para ser ingresado, pero sí fueron muy continuados, como una gripe que no se terminaba nunca: dolores de cabeza muy fuertes, malestar, escalofríos... Pero el problema fue también la incertidumbre, ver que pasaba el tiempo y no mejoraba. No sabía qué hacer ni a qué atenerte. Fue duro.

¿Cuándo le confirmaron entonces que ya lo había pasado?

Lo supe muy tarde porque nosotros entramos en ese grupo a los que no se les hizo la PCR porque fue en ese momento en que no se podían hacer y no te podían ingresar porque ir a un hospital sin tener el coronavirus era muy arriesgado. Hace 20 o 30 días me hice una serología y ya aparecía que tenía anticuerpos, pero también indicaba que podía estar cursando aún la infección. La semana pasada me hicieron la PCR y dio negativa.

Habla en plural cuando dice "nosotros". ¿Qué otra persona resultó infectada?

Parece que mi mujer lo ha pasado también, aunque está pendiente aún de las pruebas. Ella ha tenido síntomas distintos; ella perdió el gusto y el olfato.

¿Qué fue peor, los síntomas o la incertidumbre?

La incertidumbre te machaca mucho y te deja muy tocado. Como consejo, si se me permite, creo que debemos de ser lo más cívicos y lo más cuidadosos posible, e incluso ser más estrictos de lo que nos piden que seamos. Creo que no pasa nada por serlo para frenar la propagación del virus. Nosotros fuimos muy estrictos en los protocolos y lo seguimos siendo. Debemos ser muy conscientes de que todos y cada uno de nosotros podemos ser un riesgo de contagio. Por eso creo que puede ser muy peligroso no cumplir las medidas de la desescalada que pretenden aliviar un poco la situación.

¿Estamos observando las medidas o nos estamos relajando?

En el entorno donde yo vivo me da la sensación de que nos estamos relajando. La forma en la que la gente se pone las mascarillas, la forma en la que mantiene la distancia social, el deseo, irrefrenable parece, de socializar y de hacer vida normal como antes cuando en realidad no se puede... Al menos, de momento. Entiendo que no se pueden coartar las ganas de vivir socialmente. Yo mismo soy una persona muy sociable, pero, puede que porque lo he padecido, creo que es más conveniente restringir ahora esos buenos momentos que puedes tener para poder disfrutarlos de verdad cuando haya más normalidad. Sigue habiendo un riesgo muy grande.

Para esa normalidad todavía queda tiempo...

Desde mi desconocimiento, creo que sí. Creo que si queremos una normalidad habrá que encontrar una solución más contundente contra el coronavirus: una vacuna o un tratamiento, y para eso hay que invertir en investigación. Esta pandemia también ha puesto de manifiesto lo importante que son la sanidad y la investigación para la sociedad.

¿Cómo llevó el periodo de confinamiento?

Entiendo que el hecho de estar confinado también tiene ese aspecto angustioso, pero el sentir que estaba infectado era lo que dominaba la escena. Las primeras semanas son más agobiantes, pero al final te adaptas a las circunstancias y buscas otras cosas que hacer en casa. Por suerte, tenemos esa capacidad de adaptarnos al entorno y al medio.

Ha recibido muchos mensajes de ánimo desde que anunció que había tenido y superado el Covid-19. ¿Se lo esperaba?

No podía imaginar que pudiera tener tanta repercusión el hecho de que yo hubiera estado enfermo. Normalmente trabajo bastante solo el fin de semana y más si cabe en estas circunstancias y, sin embargo, me sentí muy arropado. Estoy sobrepasado, no he podido responder ni al diez por ciento aún. Lo agradezco mucho.

Siempre es esperanzador saber que alguien ha superado la enfermedad.

Sí, pero para mí es muy duro pensar en celebrar nada porque las circunstancias no son para festejar nada. Hay mucha gente pasándolo muy mal y no solo por el Covid-19, sino por todo lo que implica de pérdidas de empleos, etcétera, es una situación muy dura. El jolgorio a mí ahora mismo no me sale.

¿Esta experiencia le ha hecho ver las cosas de otra manera?

Me ha enseñado a valorar cosas que das por hechas. Nosotros siempre tenemos la mente en Galicia. Nos hubiera gustado ir, pero hubiera sido una irresponsabilidad. De hecho, somos críticos con la gente que tomó la decisión de irse para un sitio para asegurarse su bienestar, aun saltándose las normas. No nos parece muy solidario, y este es un momento para demostrar solidaridad. Hay muchas personas que se la jugaron por nosotros: sanitarios, repartidores, personal de los súper, limpieza, transportistas...