R. Queimaliños A Coruña

Tiene 31 años, nació en Monelos, es licenciada en Historia y diplomada en Restauración. Los últimos veranos los vivió en las Cíes redescubriendo el mundo arqueológico, y los últimos meses, en puente aéreo entre A Coruña y Barcelona demostrando su pericia sapiencial en Saber y Ganar.

-Imagino que su afición

preferida son los quesitos del trivial.

-No es tan exagerado, pero desde muy pequeñita me encanta

leer sobre cosas muy variadas y tengo facilidad para retener la información.

-¿Cada sabio con su tema o La calculadora humana?

-Soy de letras, así que Cada sabio con su tema. Es la prueba que me resulta más asequible, porque escoges la temática y las preguntas son bastante sencillas.

-¿Y la más compleja?

-La calculadora humana. Lo llevo fatal, porque no tengo el cerebro agilizado para el cálculo mental.

-Hay pruebas que buscan el roce entre concursantes. ¿Los bastidores son una sangría?

-¡Qué va!, la relación entre los participantes es muy legal. La prueba de La pregunta caliente es muy tensa, pero no hay estrategia. La táctica es preguntar a quien esté por encima de ti para competir con él, eso a veces provoca que haya concursantes que quedan descolgados, pero no existe premeditación y alevosía en la descalificación de participantes. Al menos, desde que comencé a participar, nunca vi ninguna estrategia.

-¿Juan Cardenal -la voz

en off- es una especie del

Dr. Gang, el malo del Inspector Gadchet?

-Nada que ver. Él es alto, real y muy majo.

-¿Y Jordi Hurtado?

-Hay mucha gente a la que no le cae bien porque el personaje es un poco histriónico y exagerado, pero en el trato normal es una persona encantadora y muy agradable que no busca ser el centro de atención.

-¿Las valerianas son la base de su alimentación?

-No, soy una persona muy tranquila.

-¿Y la de su familia?

-Están histéricos. Porque además, como son programas grabados, no saben lo que ocurre y el teléfono es un hervidero.

-Según la wikipedia,

El reto es la prueba más vista por la audiencia. ¿Será cierto eso de que el hombre disfruta del dolor ajeno?

-Puede ser, pero también

es cierto que la prueba tiene

más emoción y la que resulta

más asequible para participar desde casa, supongo que eso también influirá.

-¿Cuántos ha superado?

-Hasta el momento, seis.

-¿Y como experiencia?

-Es necesario mantener la calma, bajo ningún concepto mirar los segundos restantes, no darlo nunca por perdido, pensar bien las definiciones, pasar las que no se vean claras y buscar la solución al final.

-¿El objetivo es emular a José Manuel Dorado, que en 2001 llegó a los 100 programas y consiguió 73.780 euros?

-No voy a dejarme ir. Por el momento la idea es alcanzar los 50 programas. Y me quedan ocho.

-Y como en la lotería...¿El dinero ya tiene destino?

-Por el momento, voy a hacer un viaje con mi hermana a Roma, las dos estudiamos Historia y es la ciudad que nos queda por visitar de entre todas las elegidas.

-¿Se baraja un posible empadronamiento en Barcelona?

-(Risas) Si continúa así la cosa me lo tendré que pensar seriamente. Como con la nacionalidad, tendré que pedir el doble empadronamiento.

-Y Monelos, no se echa de menos...

-Sólo se graban los lunes y

los martes, así que vivo en permanente puente aéreo Barcelona-A Coruña y A Coruña-Barcelona.

-Como deportista de élite,

¿el tiempo libre lo dedica al entrenamiento?

-¡Qué va! No entreno, retengo bien la información, y leo cosas muy variadas, esa es toda mi preparación.

-Y en los minutos previos a la grabación, ¿algún rezo?

-No da tiempo. En un solo día se graban ente seis y siete programas. Nos recogen a las 08.30

horas del hotel y ya no abandonamos el plató. Es una paliza, al final de la tarde ya no sabes ni que responder.

-Si sigue convirtiéndose en fenómeno mediático, tal vez le propongan ser portada de Interviú.

-Interviú no, pero estar en primera línea de la televisión da incluso un poco de miedo. El otro día, me llamó una mujer desde Castellón que no conocía de

nada. Me dijo que había conseguido el número de teléfono

por un amigo que trabajaba en Telefónica y que había marcado todos los números con apellido Folgueira hasta dar con el mío. Quería ayudarme en la prueba de

La parte por el todo. Me sentí un poco violenta.