La crisis económica y sobre todo la del sector de la construcción también afecta al municipio de Oleiros pero, a pesar de eso, en lo que va de año ha sido el municipio líder en proyectos de viviendas después de A Coruña.

El Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) ha elaborado un informe sobre la evolución de los visados de viviendas en toda Galicia durante el primer semestre de este año. Sus datos muestran que en el área metropolitana de A Coruña el municipio de Oleiros registró un total de 40 visados.

Sólo una gran ciudad, A Coruña, supera a Oleiros en número de proyectos de viviendas con 455. Después del municipio oleirense, el de Arteixo es el que registró más actividad urbanística con un total de 30 visados, seguido de Betanzos con 21. En el otro extremo se ha situado Cambre, que con cuatro visados ha sido el concello con menos actividad urbanística durante estos primeros seis meses del año.

El Concello de Oleiros sin embargo aseguró recientemente que había disminuido el desarrollo urbanístico en el municipio. Aún así es el municipio donde más se construye y podría serlo aún más si se levantase la paralización que pesa sobre numerosos ámbitos de su Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM). La ejecución de varias urbanizaciones está pendiente del diseño definitivo de la afección de la huella sonora; y una docena de ámbitos también están parados porque el Gobierno gallego considera que no reúnen las condiciones para ser suelo urbano.

El colegio de arquitectos señala en su informe que la redacción de proyectos de viviendas en este primer semestre ha sido "desalentadora" y la actividad constructiva está "en el mínimo de la última década".

Los arquitectos gallegos también destacan que durante el año pasado entraron en vigor tres normativas que han influido en el descenso del número de visados: las normas del hábitat, el código técnico de edificación y la prórroga de la ley del litoral.

Este colegio profesional resalta que hubo un aumento de reformas de proyectos anteriores a la entrada en vigor de las normas del hábitat pero no con el objetivo de adaptarse a las nuevas exigencias legales, sino que esta "prisa" a la hora de tramitar los proyectos tenía como objetivo "eludir el cumplimiento de la nueva normativa, más exigente que el anterior decreto" de habitabilidad, del año 1992.