El abogado Benigno Álvarez, que se encuentra en prisión tras haber sido condenado por estafar a decenas de clientes, sumó ayer dos nuevas penas a su historial delictivo. La Audiencia Provincial lo condenó a cinco años y diez meses de prisión por haberse quedado con 12.150 euros de dos emigrantes retornados con quienes se comprometió a gestionar sus pensiones en Suizo, trabajo que nunca realizó a pesar de las sumas percibidas.

Álvarez fue juzgado por dos casos diferentes. El primero de ellos ocurrió en 2003, cuando un hombre que había trabajado en el extranjero lo contrató para que tramitase la pensión que le correspondía por los años que había estado empleado en Suiza. El letrado le cobró en tres ocasiones, una ese mismo año y otras dos en 2005. Durante este tiempo, el cliente pensó que el abogado estaba realizando gestiones para el cobro de la pensión, trámites que nunca realizó.

El sospechoso se quedó con 5.260 euros del cliente. Para proceder al último cobro, de más de 3.000 euros, manipuló un cheque bancario expedido a nombre del perjudicado para poder quedarse con este importe. En un principio, el fiscal había reclamado siete años de prisión y una multa económica de 3.600 euros por un delito continuado de estafa y otro de falsedad en documento mercantil, pero accedió a rebajar la pena tras alcanzar un acuerdo con la defensa de Benigno Álvarez, que aceptó por estos hechos cuatro años y tres meses de privación de libertad y una multa de 1.350 euros. El acusado no podrá ejercer su profesión por el tiempo de las condenas y hasta que sea readmitido por el Colegio de Abogados, de donde fue expulsado.

La segunda denuncia se refiere a hechos que sucedieron hace más de una década, entre los años 1993 y 1995. Benigno Álvarez tramitó una pensión de invalidez profesional por el trabajo realizado en Suiza por otro cliente. En noviembre de 1993, una comisión rechazó la solicitud de prestaciones efectuada un año antes, pero el abogado no le notificó nada al interesado y le siguió cobrando por los supuestos trámites que seguía realizando.

A finales de 1997, el acusado le comunicó al denunciante que la pensión le había sido denegada y sin su consentimiento retiró de una cuenta que tenía en Suiza algo más de 8.000 francos para el pago de sus honorarios. Desde que la prestación solicitada fue rechazada, el abogado se quedó con 6.850 euros. Por estos hechos fue condenado ayer a un año y siete meses de cárcel y al pago de una multa de 900 euros. Álvarez fue considerado culpable de un delito de estafa por un tribunal de Suiza y los juzgados coruñeses lo han condenado en los últimos años en más de una decena de ocasiones por delitos similares y todavía le quedan denuncias pendientes.