Siete meses y medio después de que fuera cortada al tráfico uno de los sentidos de la circulación en la mayor parte de su recorrido, la avenida del General Sanjurjo recuperó en la mañana de ayer la normalidad, tras la conclusión de los trabajos para su conversión en un bulevar con un solo carril en cada sentido y con una mediana para separarlos desde Cuatro Caminos al cruce con la ronda de Outeiro.

La medida fue adoptada por la Concejalía de Infraestructuras con tal precipitación que sorprendió a los peatones y vehículos que transitaban por la zona, hasta el punto de que en las primeras horas del día fueron escasos los vehículos que utilizaron el vial en dirección al barrio de Os Castros, que ha permanecido cerrado desde el comienzo del pasado verano.

El restablecimiento total de la regulación habitual no llegará hasta hoy, día en el que los autobuses urbanos 2, 12 y 20 recuperarán sus recorridos habituales, modificados durante los últimos meses desde Cuatro Caminos hacia la periferia. Una de las modificaciones introducidas durante las obras, la instalación de contenedores de basura soterrados no podrá ser utilizada por los vecinos hasta el próximo lunes, ya que será ese día en el que se retiren los depósitos situados hasta ahora en la calzada, así como los destinados a la recogida de papel y vidrio. Los 32 grupos de contenedores tradicionales serán sustituidos por las 17 isletas de los colocados bajo tierra, de mayor capacidad y en los que deben separarse los residuos de acuerdo con su composición.

El concejal de Infraestructuras, Esteban Lareo, anunció ayer que en los próximos días se colocarán bancos, papeleras y farolas, tras lo que el alcalde procederá a la apertura oficial de la avenida. El nuevo diseño aplicado hace imposible el estacionamiento en doble fila, uno de los objetivos perseguidos por el Ayuntamiento, que asegura además haber aumentado en 42 las plazas de aparcamiento disponibles. En la zona existe división de opiniones acerca de la reforma, ya que una parte de los vecinos dice mostrarse satisfecha por la ampliación de las aceras y la eliminación de los estacionamientos indebidos, mientras que otros residentes y un sector de los comerciantes auguran problemas por la imposibilidad de aparcar unos minutos ante las tiendas, así como por los atascos que suponen que causarán los autobuses y las averías de los vehículos.