El director municipal de Servicios Sociales, José Luis Quintela, asegura que el Concello no recortará ni un solo euro en actuaciones para ayudar a los ancianos que tienen problemas para valerse por sí mismos. Quintela añade que programas como el talón restaurante, la teleasistencia o el servicio de comida a domicilio son cada vez más necesarios debido al incremento de los mayores que viven solos.

-¿Cuáles son los principales problemas que afectan a los mayores de la ciudad?

-Toda la casuística asociada a la edad. Hay situaciones de dependencia que, muchas veces, se combinan con otro tipo de factores, como los socioeconómicos. En A Coruña hay más de 3.000 personas mayores de 85 años que viven solas y eso implica una serie de necesidades muy particulares que hay que intentar atender. Hay además necesidades derivadas de los problemas de salud que también implican unas consecuencias sociales. Otro de los factores es la soledad, la necesidad de socialización. Hay que redescubrir el papel de los mayores en la sociedad. Yo he tenido la oportunidad de conocer, en otros países y en otras culturas, otro papel de los mayores y, la verdad, es que tenemos que aprender mucho en ese sentido. Los mayores tienen mucho que transmitir y deben pasar a tener un papel más participativo.

-¿Qué papeles que no desempeñan cree que deberían tener?

-Hablo de algo conceptual. Creo que los mayores tienen muchas vivencias que transmitirnos y mucha sabiduría y que la atención a los mayores no solo tiene que buscar satisfacer sus necesidades básicas, sino también intentar captar esa sabiduría a través de experiencias intergeneracionales.

-¿Ha empeorado la situación de los mayores con la crisis?

-En líneas generales, en cuanto a condiciones de vida, ha mejorado mucho. La Ley de Dependencia tiene muy buenas intenciones pero está poco dotada económicamente y, sin embargo, lo poco que estamos haciendo las administraciones ya está marcando un hito diferencial con respecto a lo que había. A pesar de esto, sí es cierto que se han abrazado una serie de valores que han hecho que la sociedad sea más respetuosa con la diversidad, más rica y más plural y todo eso, aunque ese cambio es bueno, no puede hacerse a costa de la indiferencia hacia los otros. Yo siempre digo que hemos ganado en individualidad, en respeto al individuo, pero a costa de la indiferencia o, lo que es lo mismo, al individuo no le importa como sean los otros, pero quiere que lo dejen en paz. Esa mentalidad deja a los mayores tirados muchas veces.

-Y con la crisis hay menos recursos para atenderlos y más necesidades.

-Es cierto que hay muchas familias en las que la pensión del mayor ha pasado a ser lo que sostenga al conjunto de la familia porque todos los miembros están en paro. Las administraciones también están más ajustadas, aunque hay que decir que este Ayuntamiento no ha reducido la inversión en ninguno de sus programas para mayores. Las negociaciones van en el camino de que, el año que viene, la inversión en programas sociales sea la más grande la historia de la ciudad.

-¿Qué servicios concretos ofrece el Concello para los mayores que tengan algunos de los problemas que ha mencionado?

-Hay un programa completo de actividades socioculturales en los centros cívicos que incluye algunas para las personas mayores. También hay un servicio de atención domiciliaria, que es la suma del programa de dependencia de la Xunta y de un servicio propio del Ayuntamiento dirigido a los que no se benefician del autonómico. Hay que destacar el servicio de teleasistencia, que permite que más de mil personas reciban asistencia en sus domicilios gracias a un convenio con la Cruz Roja. Para este programa hay sensores de movimiento y otras ayudas técnicas que permiten que los mayores avisen si tienen cualquier problema. Tenemos además un servicio de comida a domicilio, que disfrutan 275 personas que reciben comida para todos los días del año. A este programa se suma el programa del talón restaurante, con 375 beneficiarios que reciben entre 15 y 25 talones mensuales. Otras actividades están destinadas a que los mayores mantengan sus capacidades, como el programa Actívate para enfermos de alzhéimer o la telegerontología, que permite que los mayores entrenen sus habilidades.