Aunque el instituto Ramón Menéndez Pidal, en Zalaeta, no ha sufrido recortes de personal, su director, José Toba, reconoce que "hay más problemas en los presupuestos para material y ordenadores". "Es cierto que la plantilla la han conservado tal y como solicitamos, pero la falta de material tiene consecuencias inmediatas que afectan a la enseñanza", explica Toba, que lamenta que "si no hay material no puedes impartir determinadas asignaturas de carácter optativo".

Además de las "consecuencias inmediatas" que, en palabras del director del instituto Zalaeta, tienen los recortes que se ejecutan sobre las partidas destinadas a la educación, existen "claras consecuencias a largo plazo". "Si los centros no están preparados de una forma aceptable, afecta a la enseñanza de los alumnos", explica Toba. Un ejemplo "claro", dice, es el programa Avalar del Gobierno autonómico.

El programa Avalar, diseñado por la Xunta para la integración de las tecnologías de la información y la comunicación en la práctica educativa, facilita la dotación de conexión a la Red, equipamiento en las aulas y servicios de soporte en los centros educativos de la comunidad gallega. Se trata de un proyecto que, sin embargo, no ha llegado a todos los colegios e institutos de la ciudad por igual. "Nosotros tenemos el centro preparado desde hace dos años, aún no nos han concedido ordenadores y ni siquiera nos ofrecen una explicación -lamenta Toba-. Imaginamos que tienen presupuestos reducidos, o bien que siguen criterios de reparto que no son los más adecuados".

El director del Ramón Menéndez Pidal dice "sospechar" que "se podría hacer otro tipo de reparto" desde la Administración gallega porque, confiesa, "hay otros centros de la ciudad que no tienen todavía las instalaciones adecuadas y a los que sí se les han dado ordenadores para prácticamente todos los alumnos". "No vale hacer un reparto equilibrado con los centros concertados y privados, porque lo público debería ser prioritario para cualquier gobierno", sostiene.

De hecho, argumenta Toba, la situación es "mucho más grave" si se tiene en cuenta que la instalación realizada en el instituto Zalaeta "la pagó la propia Xunta". "Fue una inversión de unos 10.000 euros para la red de cableado, el acceso al programa Avalar y la formación de los profesores para que estuviesen preparados, y ahora no nos dan ordenadores. Esto no es lógico. Nosotros no tenemos ordenadores y sí la instalación necesaria, y otros centros tienen los equipos y los infrautilizan porque no están preparados", explica. Una "mejor distribución" de los "pocos recursos que hay en un contexto de crisis" sería, en opinión de Toba, "una posible solución". "Carece de sentido que no podamos optimizar los medios que tenemos simplemente porque la Xunta no haga un buen reparto de los recursos", denuncia.

"El tema que nos preocupa en los centros educativos, o al menos en el instituto que dirijo, no es tanto la falta de recursos, que también, como que no están bien empleados. Es cierto que han respetado todo lo que pedimos desde el instituto Ramón Menéndez Pidal a nivel de plantilla y, por este motivo, no tenemos quejas. Pero necesitamos material para poder ofrecer un buen servicio, educativo, de carácter público", concluye Toba.