La abdicación de rey Juan Carlos I, la prevista sucesión de Felipe VI y el repentino despertar de un sentimiento republicano que parecía dormir el sueño de los justos ha coincidido con la decisión del Gobierno municipal de querer dejar atado y bien atado su compromiso con el actual status quo monárquico. El apoyo del Ejecutivo local a la Casa Real es férreo y sin fisuras. Hasta el punto de que ha propiciado que en la modificación del presupuesto aprobada en el pleno del pasado lunes, el área de Cultura propusiese cambiar la finalidad con la que, formalmente, se otorgaban 5.400 euros al Ateneo Republicano de Galicia. La subvención continúa, el concepto se modifica.

Si hasta ahora el Concello financiaba a esta entidad con el fin de "colaborar en la realización de actividades culturales con el objetivo de difundir y dar a conocer el republicanismo y en la gestión administrativa que estas actividades impliquen", ahora lo hace solo para "contribuir al sostenimiento de los ordinarios derivados de las actividades desarrolladas por la entidad", según expone la Concejalía de Cultura en el escrito incorporado a la modificación del presupuesto, firmado por la edil responsable de este departamento municipal, Ana Fernández.

Un ligero cambio simbólico que el Ejecutivo municipal achaca a que la anterior definición "no recoge de forma conveniente la pluralidad de actividades" del Ateneo Republicano de Galicia "y cuyo desarrollo es de interés para el Ayuntamiento". El presidente del colectivo republicano, Cándido Barral, ha restado importancia al cambio. "Mientras nos sigan otorgando la partida para realizar nuestras actividades, que pongan el nombre que quieran", manifestó.

En el mismo pleno en el que se aprobó inicialmente la modificación del presupuesto, el debate sobre la abdicación del monarca y la República fue otro de los protagonistas. Con el permiso pero sin el apoyo del PP, los partidos de la oposición mostraron sus diferentes posturas sobre el sistema de Gobierno y elección del jefe de Estado. EU abogó por la convocatoria de un referéndum ciudadano para determinar el apoyo a la monarquía o a la república como forma de Estado, el BNG defendió el derecho a decidir de las naciones y reclamó el derecho a una República Galega, mientras que el PSOE planteó una reforma constitucional. La respuesta de los populares fue la esperada: "no" a la totalidad y defensa cerrada de la monarquía.