Artemis Ensemble, agrupación integrada por profesores de la Orquesta Sinfónica de Galicia, va ganando un espacio musical en la ciudad, al tiempo que sus integrantes se compenetran y adquieren un repertorio cada vez más amplio y comprometido. En este programa, han incluido dos partituras que se hallan entre las más difíciles, y también entre las más geniales, del amplio universo camerístico: sendas obras maestras de Schubert y Brahms. Ambas tienen además dimensiones considerables; por ello, a pesar de que los intérpretes fueron aclamados, no ampliaron el programa con un bis; por otra parte -si exceptuamos algún fragmento del Quinteto con clarinete, KV 581, de Mozart- seguramente nada podría añadirse a la belleza y a la calidad musical de estas dos obras excepcionales. En el Quinteto de Schubert, destacaron especialmente dos inestimables cualidades interpretativas: la intensidad de la expresión y la cuidadísima dinámica. Estimo como lo mejor la versión del sobrenatural segundo tiempo con su tremendo contraste expresivo, traducido con acierto: la delicadeza de la primera sección y la agitación de la sección central.

El mayor mérito de la versión del Quinteto de Brahms estriba en haber conseguido integrar la voz del instrumento de viento con los arcos; lo que añade notable dificultad a este verdadero tour de force para los intérpretes. Incluido el clarinete; pero contar con Juan Ferrer, es tener el éxito asegurado.