Los agentes que investigaron la presunta trama de fraude en subvenciones sostienen que el empresario Gerardo Crespo, imputado en el caso, recibía "peticiones de integrantes de partidos políticos para dar trabajo a terceros, haciéndolas efectivas en ocasiones". Las llamadas, mensajes y correos electrónicos incluidos en el sumario de la operación Zeta constatan la relación que mantenía el imputado con mandatarios del PP como el alcalde, Carlos Negreira; la conselleira de Traballo, Beatriz Mato; o el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, al menos hasta finales de 2011, cuando la policía comenzó a investigar a su grupo empresarial por irregularidades en cursos de formación.

El imputado, que es afiliado al PP, enviaba mensajes a políticos para intentar que mediasen en la concesión de subvenciones a las entidades que dirigía, pero también les mandaba regalos por Navidad e, incluso, hacía de intermediario entre militantes del PP y los altos cargos del partido. Así, en junio de 2011, dirige un correo a Beatriz Mato en el que, tras proporcionarle el nombre y los apellidos del interesado, añade: "Casado, con una hija, lo tienes en tu Facebook, es del PP desde joven, estuvo en Nuevas Generaciones en el comité nacional y ha sido del comité local y provincial del partido. Casi nada. Si puedes hacer algo por él...". Crespo también le facilita el teléfono móvil del simpatizante del PP. La conselleira le respondió una hora después con el siguiente mensaje: "¡Hola, Gerardo! Acabo de ver tu mensaje. Te llamo mañana", le escribe.

La solicitud de enchufes era recíproca, según refleja el sumario, que incluye los correos electrónicos enviados por una mujer afín al PP, supuestamente, en nombre de Romay Beccaría: "Estimado Gerardo: Tal y como acordamos esta mañana, te envío el currículum de [escribe el nombre], que como te indiqué es hijo de un amigo de José Manuel Romay que falleció hace unos años y que fue un gran colaborador nuestro. Te agradecemos mucho todas las molestias que te tomes en el asunto. Mil gracias y un abrazo". Dos meses después, le vuelve a escribir: "Querido Gerardo, me comenta [pone el nombre del interesado] que empieza a trabajar con vosotros. No te imaginas lo agradecidos que estamos contigo. Muchísimas gracias por todo. Un abrazo". Los investigadores destacan en sus informes que el empresario recibía con frecuencia currículos de familiares y amigos de políticos, altos cargos y funcionarios de las administraciones que le adjudicaban dinero de las arcas públicas.