La recogida de ropa usada para su reutilización o reciclaje, una actividad que hasta ahora no desarrolla el Ayuntamiento coruñés, pasará a ser un servicio prestado en régimen de concesión por la Institución Benéfico Social Padre Rubinos, que firmó ayer un convenio por el que se compromete a instalar 125 contenedores en la ciudad en el plazo de dos años. Padre Rubinos pondrá además en marcha la recogida a domicilio para incrementar la ropa que llegue a sus instalaciones, calculada en 7 kilos por habitante y unas 1.370 toneladas anuales a partir de las prendas que se recogen en los contenedores de basura convencionales.

El Ayuntamiento no aportará ninguna cantidad a la institución por prestar este servicio, sino que se ahorrará los 94.000 euros anuales que dedica ahora al tratamiento de los residuos. Padre Rubinos por su parte destinará un tercio de las prendas recogidas a su entrega a las personas necesitadas que ya efectúa en la actualidad, mientras que otro tercio será restaurado para la venta de segunda mano y otro tercio se destinará al reciclaje.

El objetivo último de la institución es conseguir la certificación de gestor de residuos para poner en marcha un centro de reciclaje en su antigua sede de la avenida de Labañou, donde aún se encuentra el albergue de transeúntes, en el que dará empleo a personas sin recursos y a parados con mayores necesidades sociales. El presidente de Padre Rubinos, Eduardo Aceña, explicó que mientras no se consiguen los permisos necesarios y se llevan a cabo las obras de adaptación del edificio de Labañou, la entidad abrirá un concurso público para adjudicar la recogida de la ropa durante un periodo de cinco años. La empresa que realice esta actividad para Padre Rubinos deberá adquirir dos furgonetas para recolectar las prendas, una báscula para su pesaje y los contenedores necesarios.

Aceña detalló que la concesión del servicio por el Ayuntamiento a Padre Rubinos se efectuó mediante una adjudicación directa, prevista en la legislación para las entidades que hayan sido declaradas de utilidad pública. El convenio establece que la institución benéfica desarrollará la actividad durante un plazo inicial de doce años que será prorrogable durante tres más.

El presidente de la entidad destacó que los beneficios que se obtengan con la gestión del servicio irán destinados a reducir el déficit estructural generado por la puesta en marcha de la nueva residencia de Os Rosales, así como a financiar la actividad del albergue de transeúntes, en el que también se ofrece formación a personas sin recursos y se proporcionan ayudas asistenciales.

El concejal de Medio Ambiente, Enrique Salvador, que firmó el acuerdo con Padre Rubinos en representación del Ayuntamiento, justificó la adjudicación del servicio a esta entidad por haber sido "la única que presentó un proyecto más o menos cuajado y serio". El responsable municipal avanzó que el convenio establece que en el plazo de 6 meses deberán estar colocados el 30% de los contenedores, en un año el 60%, en año y medio el 80% y el resto antes de que se cumplan los dos años.

La institución benéfica cuenta ya con un plan para la posible ubicación de los 125 contenedores, según el cual se emplazarían ante edificios municipales, centros educativos, instalaciones deportivas, mercados, museos y lugares más concurridos, con el fin de hacer cómoda la entrega de la ropa.