Las obras de la Marina hacen que quienes pasean por los jardines de Méndez Núñez se vean obligados a cruzar hacia el otro lado de la avenida de la Marina cuando llegan al teatro Colón, ya que hasta Puerta Real no hay otro lugar por donde atravesar la calzada. Eso hace que quienes siguen adelante tengan que dar marcha atrás para volver al paso semafórico, donde se agolpan habitualmente numerosas personas para cruzar. Por si fuera poco, la acera del lado contrario a los jardines se estrecha en ese punto y alberga la terraza de un local de hostelería, lo que hace que el abarrote del lugar sea aún más notable.