"Mi hijo era miembro del Club Ciclista Coruñés y al tener que ayudarle en las carreras se me metió el piojillo. Ahora me tiro tres horas dándole a la bicicleta, no matándome, es una bici eléctrica y paso la mañana. La ciudad no es gran cosa para los ciclistas y eso que mejoró un 50%. Para llegar al carril bici tienes que cruzar casi toda A Coruña y es un peligro".