Dos falsos trabajadores de una eléctrica fueron denunciados por vecinos de la ciudad por robarles. El modus operandi de los ladrones es siempre el mismo, según informaron fuentes del 091. Así, timbran en viviendas de diferentes barrios de la ciudad en búsqueda de sus víctimas, que normalmente son personas mayores. Una vez que los afectados abren las puertas de sus pisos, les hacen creer que son empleados de la compañía eléctrica. Incluso llegan a mostrar carnés falsos y amenazan con cortarles el suministro si no los reciben. Los falsos trabajadores enseguida se hacen una composición del lugar y, en cuanto provocan que el propietario del inmueble se despiste, sustraen al descuido los objetos de valor o dinero que tengan a su alcance.

Fuentes de la Policía Nacional sospechan que los autores de los hurtos son personas itinerantes, es decir, que durante una época actúan en una ciudad y, después, se desplazan a otras urbes para seguir dando los golpes. El 091 recibe entre cuatro y seis denuncias todas las semanas de víctimas de este engaño en viviendas de A Coruña. Lo habitual es que se apoderen de dinero, joyas o pequeños objetos al descuido y abandonen los inmuebles sin emplear la fuerza ni amenazar a los residentes. Los agentes, no obstante, no descartan que puedan llegar a intimidar a algunos de los afectados. La Policía Nacional ha abierto una investigación para tratar de identificar a los sospechosos, quienes normalmente acuden a los pisos con una tablet o un dispositivo similar para dar más credibilidad a su papel de trabajadores de la compañía eléctrica. Las versiones de las víctimas, así como los datos que puedan aportar sobre los autores del delito, serán claves para localizarlos.

Los ladrones, según las mismas fuentes, se cuidan de no ser violentos porque, en caso de ser detenidos, las penas a las que se enfrentarían serían mayores. El delito de hurto está castigado en el Código Penal con entre 6 y 18 meses de cárcel si la cuantía sustraída excede los 400 euros. En caso de que el valor de los efectos sea inferior, el autor del delito será multado. El Código Penal establece castigos para el delito de robo con violencia o intimidación de dos a cinco años de prisión. No obstante, cuando el robo sea cometido en casa habitada, edificio o local abiertos al público, o en cualquiera de sus dependencias, se castigará con una pena de cárcel de dos a cinco años.