Las protestas contra las obras en el colegio Ramón de la Sagra se intensifican. Los padres y madres de alumnos del centro se concentrarán con mascarillas todas las mañanas a primera hora para exigir a la Xunta que paralice los trabajos de reforma que se están llevando a cabo en el colegio. Mañana por la tarde, celebrarán una manifestación que saldrá de la escuela y acabará en los edificios de Nuevo Ministerio, donde el Gobierno gallego tiene las oficinas del área de Educación.

La primera de estas concentraciones simbólicas la desarrollaron ayer por la mañana. Los padres del centro alertan de que los trabajos de reforma suponen un peligro para la salud de los estudiantes, especialmente cuando se llevan a cabo las retiradas de placas de uralita, porque contienen amianto. La Asociación de Nais e Pais de Alumnos (ANPA) del centro han denunciado casos de estudiantes que han tenido que recibir atención médica por problemas respiratorios, causados por el polvillo de las obras. Por ello, plantean dos opciones a la Xunta: o que suspenda las clases mientras duren las obras o que los trabajos se paralicen durante las clases y se desarrollen solo en días no lectivos y periodo vacacional.

La Xunta asegura que las obras cuentan "con todas las medidas de seguridad" y con las autorizaciones necesarias del Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral para retirar amianto. La Consellería asegura que los trabajos no suponen "ningún peligro" y que se extreman todas las precauciones. El Gobierno municipal manifestó ayer su apoyo a los padres y madres del centro y reprochó que los trabajos no se hubiesen realizado antes de comenzar las clases.

Tras una reunión celebrada la pasada semana, la Xunta ha aceptado realizar las obras de menor envergadura por las mañanas, cuando se concentra el grueso de la actividad académica, relegando las de mayor calado a partir de las 14.00 horas. Como consecuencia de esta medida y de las limitaciones causadas por el mal tiempo, la Xunta prevé ahora que los trabajos no podrán finalizarse hasta finales de enero, según informaron a los padres en el encuentro.

Inicialmente, el Gobierno gallego había achacado las prisas de estas obras al hecho de que debían finalizarse antes del 31 de diciembre, al depender de unos fondos europeos que así lo exigían. Ante el cambio de fecha de la Consellería de Educación, los padres reclaman que los trabajos se realicen solo durante el periodo vacacional. "Estas obras deberían haber sido sacadas a concurso antes y haberse acabado en el verano", señala el tesorero del Anpa, José Ramón Naya.

Las obras se realizarán por plantas y tendrán como objetivo cambiar la cubierta, los ventanales, el revestimiento de la fachada, la pintura interior, las luces y el aislamiento acústico. El espacio de la planta baja se dividirá en dos, de forma que, primero, se ejecutarán los trabajos en el ala izquierda y, después, en la derecha. Para acoger a los alumnos que se vean afectados por la actividad de los obreros, se han habilitado como aulas provisionales la sala de juegos de infantiles, la biblioteca, la clase de informática y la de música.