La última sentencia judicial sobre los terrenos del Agra de San Amaro eleva ya a dos millones de euros la cantidad que el Concello debe abonar a propietarios de parcelas en ese polígono urbanístico por impedírseles construir al haber sido declarada zona de protección de la Torre de Hércules. Las inmobiliarias habían llegado a un acuerdo en los años noventa con el Ayuntamiento, con Francisco Vázquez como alcalde, para ceder suelo para construir el paseo marítimo a cambio de edificabilidad en el Agra de San Amaro, para lo que firmaron convenios en 1993 y 2006 que finalmente el Concello no cumplió.

Los propietarios no pudieron inscribir las fincas que formaban parte del polígono hasta que en 2008 el Concello aprobó un proyecto de compensación que preveía seis edificios, pero al año siguiente la Torre fue declarada patrimonio de la humanidad y la Xunta prohibió construir en todos sus alrededores para preservar las vistas del monumento. Hasta ahora son al menos tres las empresas que han ganado pleitos al Concello, aunque solo una de las sentencias es firme, mientras que las otras dos han sido recurridas. La sucesión de reveses judiciales, que podrían incrementarse en el futuro, llevó al actual Gobierno local a intentar alcanzar un pacto con los afectados para proporcionarles edificabilidad en otro punto del municipio, aunque esa iniciativa aún no ha cristalizado.

El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de A Coruña ha condenado a la Administración municipal a indemnizar a una de las inmobiliarias con 1,4 millones por no cumplir el acuerdo de 1993. El magistrado recordó en su fallo que ya en 2002 el Gobierno local admitió que no podría hacerlo, por lo que en 2006 alcanzó un nuevo pacto con la empresa en la que reconocía el derecho a que fuera compensada por la ocupación de los terrenos que poseía en el actual paseo marítimo y el derribo de las construcciones que existían allí, para lo que optó por proporcionarle parcelas urbanizables en el Agra de San Amaro.

Tras la orden de la Xunta de proteger el entorno de la Torre de Hércules, el Concello suprimió el polígono del Agra de San Amaro en el plan general de urbanismo aprobado en 2013, lo que llevó a esta promotora a reclamar una indemnización que el juzgado coruñés reconoce que tiene derecho a percibir, según la sentencia conocida la semana pasada y que puede ser recurrida.

A finales de noviembre el mismo juzgado condenó al Concello a abonar 357.737 euros, que ya fueron entregados, a otra empresa, que también recibirá una compensación anual de 25.000 euros mientras no se le reconozca el derecho a edificar en otro lugar. A estas compensaciones se suma la decretada en junio de 2016 por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y además con carácter firme, por lo que el Concello tendrá que pagar 148.000 euros a una tercera inmobiliaria, además de 25.000 euros por cada año que pase hasta que pueda construir.

Tras la decisión de la Xunta de impedir la edificación en las proximidades de la Torre, el Gobierno local del Partido Popular propuso en junio de 2012 a los afectados trasladar la edificabilidad a la cantera de Adormideras, donde se podrían construir 333 pisos, una cantidad menor a la que se preveía inicialmente en el Agra de San Amaro. Los empresarios no se consideraron satisfechos con esta oferta, que además suscitó el rechazo de los vecinos del barrio, aunque el Ejecutivo municipal aseguró que la visión de la Torre no se vería perjudicada con este proyecto.

Pero la misma semana en que se celebraron las elecciones municipales de 2015 el Gobierno local dio marcha atrás sin aclarar cuáles eran las razones de este cambio de opinión. La llegada de Marea Atlántica a la Alcaldía supuso la confirmación de que la cantera no sería la alternativa al polígono del Agra de San Amaro, ya que esta formación incluía esta propuesta en su programa electoral. El nuevo Gobierno local anunció tras constituirse que promovería una modificación del plan general para impedir la construcción en Adormideras y que además no compensaría a los promotores, a quienes responsabilizó de no poder edificar en San Amaro por la tardanza en tramitar el proyecto de compensación, que luego se vio bloqueado por la protección concedida a la Torre de Hércules.