Precios razonables pero tiempos de viaje, frecuencias y horarios inasumibles para un transporte moderno. Ese es el diagnóstico que puede efectuarse a la vista del funcionamiento del servicio ferroviario entre A Coruña y Ferrol, que se hace aún más evidente si se compara con el de los medios de transporte que le hacen competencia. Todos estos datos figuran en el estudio encargado por la Consellería de Infraestruturas que analiza la movilidad ferroviaria en el Golfo Ártabro, en el que se aprecia de forma clara que el reducido número de viajeros que utiliza el tren para desplazarse a lo largo de este corredor tiene una clara relación con la oferta que realiza Renfe.

Para un recorrido de 68,9 kilómetros entre las dos cabeceras de esta línea, el tren tarda un mínimo de 65 minutos cuando el servicio es directo, lo que supone poco más de un kilometro por minuto, aunque cuando se trata de los de cercanías, que realizan paradas en diferentes estaciones, se prolonga hasta los 78 minutos. Con las medidas correctoras que plantea el informe, el tiempo de viaje quedaría acortado en un plazo medio a 55 minutos para los trenes directos y a 68 los de cercanías.

Los tiempos actuales no son competitivos en absoluto con los que oferta el autobús, en el que el desplazamiento lleva 50 minutos cuando se lleva a cabo por la autopista AP-9, mientras que cuando se realiza por las carreteras N-VI y N-651 llega a los 100 minutos. Ese tiempo no se reducirá en los próximos años, de acuerdo con las previsiones del estudio, ya que no hay programadas actuaciones para acortar el recorrido, al igual que sucede con el vehículo privado, que utiliza las mismas rutas, aunque solo emplea 40 minutos cuando elige la autopista y 61 cuando lo hace por la carretera convencional.

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La duración del viaje es uno de los argumentos que explican el bajo uso del tren entre A Coruña y Ferrol, pero no el único, puesto que las frecuencias con las que circulan los convoyes también inciden en esta situación. Para circular entre la capital provincial y Ferrol solo hay cuatro servicios diarios, que aumentan en uno cuando se parte de la otra cabecera de la línea.

La Xunta pretende que, ya a corto plazo, Renfe oferte de seis a ocho trenes al día en los dos sentidos entre ambas ciudades, de los que los servicios exprés se prestarían siempre en horas punta y los denominados regionales en las horas valle, aunque advierte de que para los primeros será necesario contar con convoyes más largos con el fin de absorber la demanda que se espera captar.

Los servicios disponibles en la actualidad suponen un total de 1.080 plazas, ya que los trenes cuentan con solo 120 en cada uno de los viajes. Pero las deficiencias que presenta la línea hacen que solo haya 334 viajeros por día entre Ferrol y A Coruña, 167 en cada uno de los sentidos.

La iniciativa del Gobierno gallego se propone que el corredor ártabro alcance una demanda de 2.800 viajeros al día, por lo que defiende que la capacidad mínima que tengan los trenes que circulen sea de esa misma cifra.

Frente a estos datos, el autobús realiza 16 viajes diarios directos entre las dos ciudades a través de la autopista, a los que suma 16 más por carretera que pasan por el puente de O Pedrido y otros 16 que hacen parada en Betanzos.

El precio es el único factor en el que el ferrocarril se muestra competitivo con otros medios de transporte, aunque siempre que sean servicios de media distancia, ya que los de largo recorrido llegan hasta los 15,40 euros. El viaje por este corredor sale por 6,10 euros, que incluso cae a 4,90 con la tarifa reducida, cuando el autobús cobra 7,60 euros por la autopista y 8,25 por la carretera convencional. El recorrido en vehículo privado tiene un coste estimado de 15,70 euros cuando se hace por la AP-9 y 10,85 por la carretera, para lo que se incluyen los peajes, el consumo de combustible y el mantenimiento.