"Se ha tirado todo, no queda ni un tornillo, solo los pilares y las vigas", comentaba orgulloso ayer el director del hotel Riazor, David Santos, en una visita privada a las instalaciones de este establecimiento de A Coruña que abrirán hoy sus puertas tras ocho meses de reforma, en la que invirtieron 3,6 millones. Aunque los primeros clientes -hay treinta habitaciones reservadas- estrenarán hoy el edificio, que ya presume de cuatro estrellas en su fachada, ayer por la tarde todavía trabajaban operarios. "No es nada que no sea normal. Siempre que se inaugura un hotel, el día antes se trabaja a toda pastilla", justificaba la gerente, Isabel Ferreiro, mientras en la recepción entraban y salían empleados cargados con todo tipo de materiales. De hecho, las mesas de la planta baja carecían de los tableros de mármol, solo tenían la estructura.

Los clientes que inauguren hoy el hotel disfrutaron de una promoción especial de apertura. Las reservas se cerraron "para que no se desbordase", según la gerente, quien explica que cuando estrenas un hospedaje "vas de menos a mas porque hay que ir probando las cosas y ver que todo funcione". Para el verano la central de reservas ya registra un 30% de ocupación. "Eso es por ahora porque cada vez más las reservas se producen a última hora", apunta Ferreiro. El precio de las habitaciones, según el director, será "medio-alto" y partirá de un mínimo de entre "75-90 euros" en función de la demanda. "De ahí para arriba", indica el director, quien prevé colgar el cartel de completo la noche de San Juan. "Para eso no hacía falta reforma", bromea.

El establecimiento, con una decoración moderna en la que predominan los tonos grises, marrones y blancos, dispone de prácticamente las mismas plazas que el antiguo hotel Riazor, pues tiene 165 habitaciones, solo nueve menos. El alojamiento, inaugurado en 1964, fue adquirido en 2016 por el grupo empresarial Compostela Beach, que gestiona los hoteles Gelmírez y Compostela en la capital gallega. La reforma corrió a cargo de los arquitectos José Luis y Simón Pereiro, quienes mantuvieron la estructura original de la escalera imperial que comunica la planta baja con el restaurante y cafetería del primer piso. "Son muchas las parejas que la escogieron para dejar un recuerdo de su boda para la posteridad", recuerdan los nuevos gestores del complejo, que dispone de una pequeña terraza en la planta 12.

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Así es el interior del nuevo hotel Riazor

Los ventanales de las habitaciones que dan a la bahía se ampliaron para que los clientes disfruten del paisaje. El edificio dispone de dos suites con salón independiente, dormitorios familiares con estancias separadas o conjuntas, así como de habitaciones comunicadas internamente con doble puerta y de cuartos individuales y dobles, a los que se puede añadir una cama supletoria.