El gestor del espacio aéreo español, Enaire, publicó ayer una modificación en el punto en el que los pilotos tienen que decidir si abortan el aterrizaje cuando se acercan a la pista por la cabecera 21, que es la más cercana a la ría. Esta medida no entrará en vigor hasta el 16 de agosto, ya que se necesitan seis semanas para que sea efectiva, según ha confirmado Enaire a este diario.

La reducción es de diez pies, aproximadamente tres metros, para cuando el ILS -el sistema de ayuda a la aproximación de los aviones en condiciones de baja visibilidad- funcione con la categoría I, y de 33 pies -unos diez metros- para cuando lo haga en condiciones de casi nula visibilidad-. No es la primera vez que Enaire reduce estos límites, ya que, en octubre de 2017, introdujo modificaciones en estos valores octubre de 2017,. Para entonces, el gestor del espacio aéreo bajó el punto en el que los pilotos deciden si abortan o no 35 metros en la categoría I y unos seis metros, en la II.

Fuentes de Enaire explicaron a este diario que, con esta variación, lo que se conseguía era que el radioaltímetro, que es el aparato que mide la distancia que separa el avión del suelo, hiciese "una lectura correcta en la ubicación exacta del punto de decisión". Y es que, a pesar de este ajuste, actualmente, cuando el ILS funciona en la categoría II, los pilotos tienen problemas con estos aparatos y reciben el aviso de que se encuentran en el punto en el que deben decidir si siguen con la maniobra de aterrizaje o si abortan, a la altura de Montrove, en lugar de hacerlo cerca de la AP 9.

La plataforma Vuela Más Alto explica que este problema se debe a que "con el desplazamiento del umbral de la pista -el punto físico en el que comienza la plataforma asfaltada disponible para aterrizar- hacia los montes del sur, los mínimos subieron unos treinta metros", una circunstancia que se suma a que el terreno tiene forma de U y que provoca "que el radioaltímetro del avión avise equivocadamente del punto de frustrada".

Esta medida se toma con el objetivo de reducir algunos de los desvíos de los vuelos que intentan tomar tierra por la cabecera 21 cuando tiene activado su sistema antiniebla de ayuda al aterrizaje.

En febrero, Enaire adelantó que, a partir del mes de abril, realizaría pruebas para evitar desvíos en las dos cabeceras por condiciones meteorológicas adversas. Para la 21, el grupo de expertos que decidió las mejoras en el aeropuerto, tenía claro que la solución pasaba por bajar la altura mínima a la que los pilotos tienen que decidir si abortan o no el aterrizaje.

Para la 03, la más alejada de la ría, la medida adoptada por Enaire fue aplicar un sistema de coordenadas por las que debe pasar el avión antes de tomar tierra, algo así como un carril por el que las aeronaves puedan volar sin la interferencia del monte Xalo en su trayecto. La cabecera 03, a diferencia de la 21, carece de sistemas que le proporcionen ayuda cuando las condiciones meteorológicas son adversas para el aterrizaje, de modo que los pilotos deben ejecutar la maniobra de manera visual.

Este sistema todavía no se ha puesto en marcha, ya que Enaire sigue realizando pruebas para su futura implantación.

La plataforma Vuela Más Alto advierte de que los mínimos para la categoría II del ILS "seguirían siendo todavía unos quince metros superiores a los que se establecieron cuando se instaló el sistema antiniebla en 2008". Este colectivo propone que esta deficiencia se corrija "volviendo a posicionar el umbral de pista" en su lugar original, donde estaba antes de que se ampliase esta plataforma. Fue el 25 de junio de 2015 cuando se inauguró el nuevo tramo de 400 metros de la pista que, actualmente, llega hasta los 2.340 metros asfaltados. La entidad solicita que el nuevo plan director incorpore esta modificación del umbral.