Tras la comparecencia del autor confeso de la muerte de su mujer en la calle de la Estrella, ayer, en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, el Ministerio fiscal entiende de manera inicial que el hombre es culpable de un delito de asesinato. Ha indicado además que aprecia "alevosía" en los hechos.

El hombre agredió a su pareja con un arma blanca en el cuello, la tarde del 18 de julio, mientras ambos estaban en su casa de la calle de la Estrella y, después, llamó a la Policía Nacional para alertar de lo que había hecho y para ser detenido. La Fiscalía aprecia también un agravante, el de parentesco, de modo que solicita que el acusado cumpla una pena de entre veinte y 25 años de cárcel.

La defensa del hombre no niega que haya sido su cliente el que arrebató la vida a su pareja, pero considera que el delito debe ser calificado como "homicidio por suicidio", que es cuando una persona pone los medios necesarios para que otra pueda fallecer.

De ser esta, finalmente, la calificación de los hechos, la pena a la que se enfrentaría el acusado sería menor que la que se le impondría si es juzgado por asesinato, tal y como indica la Fiscalía. En este caso, las condenas pueden ir desde los seis hasta los diez años de prisión.

Una de las líneas de investigación que siguió la Policía Nacional fue la de que el hombre había ayudado a morir a su mujer porque estaba muy enferma, aunque esta fue paralela a la del crimen machista, al ser una muerte violenta de una mujer a manos de su pareja.

En esta vista, se personaron también los hijos de la víctima como acusación particular, aunque ayer no solicitaron ninguna calificación de los hechos, ya que su abogado no pudo acudir a la cita y estuvieron representados por una procuradora, que no intervino en la sesión.

Cada una de las partes solicitó ayer, según fuentes judiciales, más pruebas para completar la investigación de este crimen y será el juez -en este caso del Juzgado de Violencia contra las Mujeres, ya que el crimen se ha tipificado como machista, por haberse dado en el seno de una pareja- quien decida cuáles se hacen y cuáles se descartan.

La defensa pidió, por ejemplo, que un forense realice un reconocimiento al acusado. Está pendiente también de que lleguen algunos de los resultados de las pruebas realizadas al cuerpo de la fallecida, que pueden aportar información sobre cómo se produjeron los hechos.

Durante esta primera comparecencia, el acusado no declaró ante el juez y, simplemente, escuchó los cargos que, contra él formulaban las partes y cuáles eran también los exámenes que pedían para completar la investigación de la causa. Cuando estas pruebas se acaben, según la Ley del Tribunal del Jurado -la que se utiliza en estos casos de homicidios o asesinatos-, se realizará una comparecencia preliminar, a la que también asistirá el acusado, y en la que, cada una de las partes pedirá la pena que considere por los hechos.

Más tarde, se abrirá el proceso de apertura de juicio oral y una selección de ciudadanos y ciudadanas tendrá que sentarse en la sala para decidir si el hombre es culpable o inocente de los hechos por los que es juzgado que, en este caso, podría ser por homicidio o por asesinato.

Tras la detención del acusado, la misma tarde en la que alertó de que había matado a su mujer, el hombre fue trasladado al Complexo Hospitalario Universitario A Coruña. Dos días después pasó a disposición judicial, aunque no lo hizo en el Juzgado de Violencia contra la Mujer, sino que fueron los funcionarios los que se desplazaron a las dependencias sanitarias a tomarle declaración. Tras esta reunión, el juez decretó prisión comunicada y sin fianza, por lo que, desde entonces, está en la cárcel de Teixeiro.