El Concello anunció en febrero que había emprendido la vía legal para demoler 16 edificios a medio construir en la ciudad y para liberar a estos solares afectados de los esqueletos que se habían quedado en pie después de que las promotoras inmobiliarias abandonasen el proyecto de seguir construyendo. Diez de esos inmuebles están ya en la mitad del camino hacia la destrucción ya que su licencia urbanística ha sido declarada ya caducada.

Es el caso del número 18 de la ronda de Monte Alto, un inmueble de seis alturas que, en marzo de 2014, tenía una grúa y una red para evitar la caída de cascotes y que, salvo por una valla blanquiazul a pie de calle, no sufrió cambios en todos estos años. Es el caso también de los esqueletos de los números 19-21 de la calle Vista Alegre y del 13 de Cancela de Fóra. Los vecinos del inmueble de Vista Alegre llevan muchos años denunciando que este inmueble a medio construir les provoca filtraciones de agua y humedades en sus casas. A estos dos esqueletos los separan muy poquitos metros y apenas han cambiado con el paso de los años.

En el número 376 de la avenida de Finisterre, cerca de A Fontenova y del polígono de A Grela, hay un esqueleto en forma de herradura con cinco alturas, que permanece invariable desde 2012. En el número 17 de la calle Argentina, muy cerquita de la Escuela Oficial de Idiomas, está también otro de los fantasmas de cemento sobre el que pesará una orden de derribo. Esta estructura tuvo la misma tela verde de obra desde mayo de 2012 hasta, por lo menos, el año pasado.

En Monte Alto, en el número 15 de la calle Arenal, se encuentra otro de los esqueletos, uno de los más veteranos, ya que, diez años atrás, estaba igual que ahora, con sus ocho alturas de ladrillo a la vista levantadas y sin acabar.

En octubre de 2008, el número 4 de Estrada de Circunvalación, en As Lagoas, ya estaba en construcción y mostraba seis pisos, ladrillos y andamios amarillos, la obra avanzó un poco hasta 2012, pero desde 2014 tiene la misma cara. No ha habido ningún tipo de avance en su construcción y, por ello, el Concello ha declarado caducada su licencia. En Os Mallos, en el número 22 de la plaza José Rubinos, muy cerca de la intersección de la avenida de Arteixo con la ronda de Outeiro, hay otro proyecto de edificio de ocho alturas con tejado, pero no tiene nada más que la estructura. En la calle Sagrada Familia, ocupando tres portales, el 17-19 y el 21, hay otro esqueleto de cinco alturas que ya estaba construido en 2008 y que, salvo una red que le pusieron para evitar la caída de elementos de obra a la calle, no sufrió tampoco modificaciones en todos estos años.

En la zona de As Rañas está el número 7 de la calle Luis Peña Novo, una promoción de viviendas bajas adosadas olvidada desde hace seis años, los mismos que tienen sus ladrillos a la vista.

Este mapa de edificios inacabados genera en los vecinos de la zona problemas no solo humedades y de limpieza sino también, en ocasiones, de seguridad ciudadana, ya que se han registrado robos en sus viviendas al funcionar estos esqueletos de acceso rápido a edificios habitados. Durante estos años, algunos de estos inmuebles se han convertido también en un punto de venta y consumo de drogas.

En el número 201 de la ronda de Outeiro, en la esquina que forman la calle Igualdad y Revolución Francesa, en el polígono de Vioño, una promoción de ocho alturas se quedó en el chasis. Este inmueble está todavía en el paso previo a la caducidad de la licencia, aunque se ha iniciado el proceso para declarar que no está vigente para que, en el futuro, el inmueble se pueda derribar.

En febrero, el concejal de Rexeneración Urbana e Dereito á Vivenda, Xiao Varela, explicó que algunos de los esqueletos sobre los que pesará una orden de derribo pertenecen a la Sareb, la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, más conocida como banco malo, y que, otros pertenecen a empresas que están en suspensión de pagos, de modo que, ahora, "es más difícil llegar a ellos".

Hay otras promociones que están todavía en el paso previo, el de conseguir la caducidad de la licencia. Uno de ellos es el 68 de la calle Falperra, otro, el 9 de la calle Estrecha de San Andrés, y otros los edificios de la manzana de la ronda de Nelle, la calle Fátima y la calle Maravillas, entre otros.