El aeropuerto de Alvedro se quedará entre el 28 de octubre y el 31 de marzo sin su conexión con Lisboa. La aerolínea TAP Portugal ha anunciado la suspensión temporal de los vuelos diarios de A Coruña y Vigo con la capital lusa, una decisión que se produce como consecuencia de "la enorme dificulad" de White -que opera las conexiones con Lisboa- en la "contratación de tripulaciones" y las limitaciones que sufre el aeropuerto de la capital portuguesa.

La compañía ha anunciado que ahora estudia la alternativas para los pasajeros afectados por la supresión de las rutas. Oviedo, otra de las capitales del norte de España en las que opera la compañía portuguesa también se quedará sin vuelo.

Aunque en un principio se había presentado la salida como definitiva, la compañía ha precisado que la cancelación es temporal y la ruta se retomará el 1 de abril. De hecho, en su web ofrece billetes para esta conexión de nuevo en ese mes.

El Gobierno local de A Coruña ha recibido la marcha por sorpresa de TAP Portugal como una "muy mala noticia" que la "compañía decidió sin realizar ningún contacto previo" con el Concello y sin dar opción a "valorar su posible continuidad". Según el Concello, la aerolínea atribuye su marcha temporal "a la falta de personal, lo que también ha motivado la cancelación de las conexiones con Vigo y Asturias". El concejal de Turismo, Alberto Lema, ha anunciado esta tarde que mañana se pondrá en contacto con la compañía para "abordar posibles alternativas al fin de la conexión", que "supone una merma en la operatividad con África y América Latina".

El aeropuerto de Lisboa encadena récords de pasajeros pero está cada día más saturado, a la espera de inversiones que no llegan.

En pleno bum del turismo -el principal motor económico de Portugal junto al sector inmobiliario- el aeropuerto Humberto Delgado lleva desde 2016 recibiendo el número de pasajeros previsto para 2025, según unas desfasadas proyecciones de hace diez años. En 2017 se registró un nuevo récord histórico de 26,7 millones de pasajeros, un alza del 66% en cuatro años. En los ocho primeros meses de 2018, el tráfico aumentó un 11%.

El gobierno portugués, la aerolínea nacional TAP y el conjunto del sector turístico están de acuerdo en qué Lisboa necesita construir cuanto antes un aeropuerto "complementario". En teoría debería estar listo en 2022, en el lugar donde ahora se encuentra la base militar de Montijo, en la orilla sur del estuario del Tajo. Hasta entonces, el cierre de una pista secundaria poco utilizada del actual aeropuerto, situado al norte de la capital, permitirá el estacionamiento de más aviones.

La puesta en marcha del proyecto -que permitiría llevar la capacidad aeroportuaria de Lisboa a 50 millones de pasajeros anuales- es objeto desde febrero de 2017 de ásperas negociaciones entre el gobierno y ANA, la empresa gestora de los diez aeropuertos portugueses.