El Instituto de Estudios Coruñeses José Cornide pone el foco sobre la degradación que sufren muchos de los Bienes de Interés Cultural de A Coruña. Un informe realizado por el Año Europeo del Patrimonio Cultural subraya la exposición de muchos de los monumentos y otros elementos protegidos a la acción del paso del tiempo, de un entorno falto de cuidado o de la acumulación de restauraciones con criterios fallidos. Su objetivo es realizar "propuestas que estimulen y apoyen la actuación de los organismos competentes en cada caso". Entre las sugerencias, el grupo de especialistas propone el traslado de los cruceros de Santa María, uno de los más antiguos de Galicia, y de San Andrés a un espacio museístico que los blinde y su sustitución por réplicas. Ve urgente también un inventario de los escudos históricos y de los hórreos, así como la protección de las ruinas de San Francisco.

El Instituto José Cornide presenta mañana el informe, para cuya elaboración creó una sección específica: el Observatorio do Patrimonio da Coruña, que tiene como objetivo "mantener una permanente observación de la situación del patrimonio coruñés" para "promover su estudio e informar de la situación". Forman parte de dicha sección el arquitecto José Ramón Soraluce, el gestor cultural Felipe Senén y el ingeniero Carlos Nárdiz. Figuran como miembros colaboradores, la historiadora Dores Barral y la gestora cultural Rosario Sarmiento.

El informe analiza, en primer lugar, el estado de los monumentos, yacimientos y espacios urbanos. En segundo lugar, el de los centros estatales y colecciones artísticas; y en tercero y último, los bienes declarados BIC de manera genérica (escudos, petroglifos, hórreos, cruceros y la obra de Castelao en la ciudad).

Los especialistas se detienen, para comenzar, en la Torre de Hércules, con un exterior "permanentemente afectado" por la degradación de la piedra y las labras. Destaca la pérdida del grabado que identifica a Giannini. Pide un centro de recepción de visitantes adecuado a su categoría -sugiere la antigua cárcel provincial- e insta a que desaparezcan los volúmenes de uso deportivo en su entorno, así como otras instalaciones abandonadas o ruinosas.

El Castillo de San Antón se lleva otra tarjeta roja, por la descomposición del granito de los escudos de su portada, por usar las zonas abiertas del patio de armas como depósitos de esculturas y, sobre todo, por la disposición de su entorno: un aparcamiento libre "que ni siquiera está destinado al museo" e "intervenciones portuarias inapropiadas", que alteran la pérdida de la visión paisajística histórica como isla fortificada.

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Bienes de Interés Cultural en A Coruña

El estudio alerta de las "continuas deficiencias y degradación progresiva de sus materiales" en la Colegiata de Santa María debido a daños biológicos o causados por la mano de hombre. En la misma situación está la iglesia de Santiago, afectada por el tráfico en su entorno en las últimas décadas y a una restauración "sin acierto" en el año 1974.

Respecto a las murallas y fortificaciones, recuerda que el plan de recuperación de las murallas presentado en 2013, quedó incompleto. Entre las actuaciones necesarias, indica como "perentoria" la actuación en las zonas altas de los muros, "inaccesible, invadida de vegetación y ocupada por instalaciones inapropiadas para un BIC", cuya eliminación quedó "relegada", así como su plan de accesos.

Se refieren además, en general, a la Ciudad Vieja, conjunto histórico protegido desde 1984. El Observatorio do Patrimonio da Coruña considera "prioritaria" la recuperación de "todo el borde de la ciudad histórica", donde las necesidades "no son solo de protección y conservación del patrimonio edificado, sino de revitalización de su tejido económico y social, las ruinas y vacíos en solares, las condiciones de habitabilidad inadecuadas en la zona, los problemas de infraestructuras con instalaciones vistas y tráfico viario". El informe relata cómo la peatonalización de la Marina, con la construcción del aparcamiento y el soterramientos del tráfico, "generó conflictos con la aparición de restos". Los especialistas consideran que las instalaciones sobre suelo de concesión pública o áreas portuarias, "son ajenas y hasta agresivas al valor paisajístico y monumental del entorno urbano declarado monumento, desde Os Pelamios hasta la Dársena".