A Yael Rey, de siete años, se le "fue la vida" el sábado pasado. Le robaron en O Birloque la moto, una minimoto Polini 910, de la furgoneta en la que su padre la había guardado la noche anterior, cubierta por una manta y oculta también tras los cristales tintados.O Birloque Y con la moto desaparecieron los guantes, el casco, las protecciones, todo su equipamiento. Una semana después, y tras muchas horas de tristeza y desánimo, al niño le han devuelto esa vida que sentía haber perdido: el equipo TMSR de motociclismo, con sede en Bergondo, organizador junto a la fundación Dani Rivas de la Dani Rivas Cup de pilotos promesa, se puso en contacto con el padre de Yael, Daniel, para ofrecerle una moto similar a la que le habían robado. Este viernes la fueron a recoger, hoy la exhiben en una prueba de la Liga Gallega de Moto de Campo en Abegondo y el próximo domingo la llevarán hasta As Pontes para la selección de los 15 jóvenes pilotos que correrán este año la Dani Rivas Cup en las categorías de minimotos y miniGP.

Yael Rey y su familia están sorprendidos por el alcance que ha tenido el robo de la moto del pequeño, del que ha informado LA OPINIÓN esta semana. Las televisiones se han interesado por su historia y al día siguiente de la desaparición de la máquina y el equipamiento del niño, la asociación benéfica de moteros Os Huevóns Ruteiros promovía campañas para ayudarlo a conseguir material. Alguna marca comercial, pilotos cercanos que siempre han respaldado a Yael como Borja Sánchez (también coruñés y participante este año en el Mundial Supersport 300), y gente hasta ahora desconocida por la familia han ofrecido distinto apoyo. Y en esto que llama Luis Fernando Vales Pontes, de TMSR, para servirle al niño una moto idéntica a la que usó el equipo el año pasado en la Copa Gallega de Minimotos, en la que Yael Rey acabó tercero pese a no haber podido competir en dos carreras por una avería.

Esta ayuda inesperada acerca además al pequeño piloto coruñés a uno de sus sueños inmediatos: participar en la Dani Rivas Cup, la competición surgida hace tres años en honor del piloto de Moaña Dani Rivas, fallecido a los 27 años en un accidente en el circuito estadounidense de Laguna Seca. Porque TMSR y la fundación Dani Rivas impulsan un torneo que en los últimos años ha descubierto a prometedores pilotos, categoría en la que, desde la modestia "y por libre", se incluye el propio Yael, que se subió por primera vez a una moto cuando tenía cuatro años.

"El niño es muy tímido, pero la moto le ha cambiado: dejó de jugar al fútbol, mejoró en el colegio y se va soltando poco a poco, ya deja de estar detrás de mí, callado, allí adonde vamos", cuenta su padre. Yael Rey sonríe y mira a otro lado. Dice que a los dos años veía por la tele más carreras de motociclismo que dibujos animados. Cuando tuvo su primera moto, que le regaló un amigo al que le tocó en un sorteo, empezó a entrenar por su cuenta, junto a su padre, en las calles desiertas del polígono de Vío. Su piloto de cabecera es Marc Márquez. "Nunca me has dicho lo que sientes cuando estás en la moto", le dice el padre. Piensa: "Emoción".