La refinería de Repsol inició ayer una parada programada de su área de Conversión, que se prolongará durante 45 días y en la que la compañía invertirá más de 60 millones de euros. Esta revisión implica una parada temporal del funcionamiento de prácticamente la mitad de la refinería para acometer tareas de inspección, mantenimiento y mejora de 19 unidades, informó la empresa en un comunicado. El resto de las instalaciones funcionará con normalidad.

Durante la parada técnica, se realizarán 60 actuaciones para aplicar innovaciones tecnológicas y mejoras de la seguridad, de la operatividad de las instalaciones y de eficiencia energética, que supondrán una reducción de las emisiones de más de 15.000 toneladas al año de dióxido de carbono (CO2), ha señalado Repsol. En 2018, según datos de la Comisión Europea, la refinería emitió 1,09 millones de toneladas de CO2, con una reducción del 4% respecto a 2017.

Durante la parada técnica, habrá una media diaria de 1.200 empleados trabajando en las instalaciones de la refinería, con puntas de 1.500 por día, al margen de la plantilla propia de la compañía. "El principal objetivo de Repsol es la seguridad de todas las personas que participan en la parada y, por este motivo, se ha creado un equipo de coordinación específico, que está formado por más de 100 profesionales", indicó.

Para estos trabajos, Repsol ha contratado a 49 empresas, que se suman a las que tienen firmados contratos generales de servicio. "La mayor parte" de ellas, informó, están implantadas en Galicia, por lo que Repsol ha destacado su "compromiso" con su entorno.

Los proyectos más importantes que se van a realizar son la intervención y la mejora en la unidad de coque, la renovación de la antorcha de conversión, que tiene una altura superior a 100 metros, y el cambio de los paneles de la sala de control de conversión.