"Todo esto empezó por un tendedero", explica la portavoz de la denunciante que, en 2001, decidió poner una denuncia en Urbanismo, cuando todavía no vivía nadie en la promoción, desde entonces, estuvo "siempre sola".

"Ella era parte en la promoción y, en su momento, entró a construir los sótanos y garajes con su cuota alícuota y, luego, iban a construir el edificio, por lo que tuvo que permutar su cuota de participación con los promotores y, de ahí, vino todo", explica su representante, porque en el contrato de la permuta las características ya no se correspondían con las que, en principio, contaban. Una de ellas, que el tendedero no iba en el sitio pactado inicialmente porque la edificabilidad no era aquella de 1.569 metros cuadrados que habían cerrado, sino la de más de 3.000 que se edificó finalmente.

Eso derivó en que la mujer, que era propietaria de un apartamento, se viese perjudicada. "No es lo mismo que hubiésemos pactado en aquel momento que ahora, 18 años después, porque se ha gastado mucho dinero y se sigue gastando. Esto tendría que haber derivado en un piso más grande y gratis y ha tenido que pagar por él y por la plaza de garaje, además de que pagó por su construcción", comenta la representante de la denunciante, que apunta también a que hay más irregularidades en la promoción, como las del patio de manzana para el disfrute de los vecinos, que actualmente está dividido y que considera que no debería estarlo.

La denunciante se queja de que, hasta ahora, nadie se quiso hacer cargo de este caso abierto.