Las obras que llevará a cabo Adif en la estación de San Cristóbal para adaptarla a la llegada del AVE supondrán una importante transformación de la terminal con respecto a su diseño y distribución actual. Aunque el edificio principal no cambiará de forma notable en su aspecto, sí lo hará su entorno y el reparto de funciones que existe dentro de él.

El proyecto elaborado por el arquitecto César Portela hace ahora diez años ha sido reducido de forma sustancial, ya que han desaparecido el hotel y el centro comercial que figuraban en los planes iniciales, pero algunos de los aspectos propuestos en aquel diseño se mantienen, como el color azul de la estructura interior de la cubierta principal, que fue remodelada en los meses pasados y que proporciona una imagen diferente de este espacio.

El vestíbulo principal, situado en la entrada de la avenida do Ferrocarril, sufrirá una importante transformación, ya que las taquillas para la venta de billetes dejarán de estar allí y se trasladarán a un local situado en un lateral del patio, que habrá que atravesar por completo. A un lado del vestíbulo se ubicarán la cafetería y el restaurante, mientras que al otro se situarán las dependencias policiales.

El espacio central albergará en los locales distribuidos a su alrededor la reducida superficie comercial que se prevé instalar en la nueva estación en comparación con el proyecto original, mientras que algunos de los servicios de la terminal que ahora están distribuidos en diferentes lugares serán trasladados a un edificio que se construirá en el exterior, en el lateral situado en la avenida do Ferrocarril.

Otra de las modificaciones será la salida de los trenes de la cubierta principal, ya que se detendrán antes de llegar a este espacio. Para proteger tanto a los convoyes como a los viajeros se construirá una marquesina sobre los andenes con una longitud de 200 metros, que se corresponde con el espacio que ocupan dos trenes AVE unidos, ya que en ocasiones circulan con esta configuración.

Desde su construcción, la estación impide la comunicación entre los barrios situados a ambos lados de las vías, lo que se solucionará con la instalación de una pasarela para peatones y ciclistas que sobrevolará el tendido férreo para unir las avenidas de A Sardiñeira y O Ferrocarril.

La fachada principal de la estación verá desaparecer la marquesina existente en la actual parada de los taxis para configurar un espacio abierto y peatonal hacia la plaza de San Cristóbal, con la que se pretende crear una relación fluida. Los taxistas se trasladarán al lateral de la avenida do Ferrocarril, donde también habrá una nueva parada del transporte urbano y espacio para que los coches estacionen brevemente para dejar o recoger viajeros. Toda esta zona dispondrá de marquesinas para que los usuarios puedan guarecerse.

En ese lugar habrá también la entrada a un vial subterráneo que enlazará con el lado contrario de la terminal, donde se levantará la estación de autobuses, en cuyo subsuelo se construirá además un aparcamiento para los usuarios al que también se podrá acceder mediante este túnel.