La última jornada de la Feira das Marabillas volvió a llenar ayer las calles de la Ciudad Vieja, al igual que sucedió en los días precedentes desde el 20 de julio. La edición de este año, la vigesimoquinta desde la puesta en marcha de esta iniciativa, se saldó con un nuevo éxito de público, que recorrió los 220 puestos instalados a lo largo del barrio. Un dragón que sorprendía con su paso a los viandantes fue una de las actividades de animación que amenizaron la visita a la feria, en la que otra de las novedades fue la celebración en el atrio de la iglesia de Santiago de una representación de los concejos abiertos medievales, que se desarrollaban en ese mismo lugar. Pero la organización ofreció además a los visitantes diferentes actuaciones musicales, acrobacias, talleres de artesanía y atracciones para el entretenimiento de los niños.