La Escuela Universitaria de Turismo organizó ayer una jornada sobre turismo urbano en la que participó Toni Bernabé, director gerente de la Fundación Turismo de Valencia, para exponer el modelo de gobernanza que sigue este organismo. Bernabé considera que la participación pública y privada es imprescindible para la gestión adecuada de la política turística.

¿Qué hay que exigir a un ente promotor del turismo para que sea eficaz?

Un ente tiene éxito cuando nos exigimos todos, por lo que tenemos que pedir que sea mixto y contemple el turismo desde una visión global y la participación de todos los actores involucrados en la actividad turística. En un mercado que está en plena transformación y que va a seguir creciendo es fundamental sumar fuerzas para competir en ese entorno y adaptarse al nuevo turista, que cada vez es más exigente, más digital y se mueve por multitud de motivos.

Pero a veces hay intereses muy diferentes entre lo público y lo privado. ¿Cómo se pueden conciliar?

Estando juntos. Teniendo un espacio en el que se analizan las cuestiones y se toman decisiones de forma conjunta y se desarrolla una estrategia común. Esa es la vía para hacer confluir todos los intereses e ir hacia un objetivo en el que todos estemos de acuerdo. Nuestro modelo de gobernanza es muy participativo pero desde muchas perspectivas. La política turística tenemos que concebirla de un modo no sectorial, porque no se trata solo de la promoción, sino de la gestión de todo el conjunto del destino, para lo que hay que tener un marco de participación del conjunto de los actores, que son la sociedad, los vecinos, los representantes políticos y el sector empresarial. Y luego hay que tener un marketing del destino que tiene que ser muy empresarial y con mucha participación del sector turístico de la ciudad.

¿Quién debe liderar ese ente?

El liderazgo lo tiene que tener el propio instrumento, en cuya creación el liderazgo debe ser de la Administración, pero con la connivencia absoluta del sector. Si al final no contiene la participación de las dos partes, no funcionará. Cuando vemos los destinos de más éxito, siempre hay un modelo de colaboración público-privada. En Valencia tenemos el Consejo Municipal de Turismo, una Comisión de Coordinación de Turismo Intermunicipal y, por otro lado, en la Fundación Turismo Valencia participan 400 empresas del sector que están en los órganos de gobierno, aportan recursos a la fundación y participan en los programas que ellas quieren, como los de turismo cultural, de congresos, de gastronomía, deportivo o de compras.

¿Es imprescindible contar con un plan estratégico de turismo, como el recientemente elaborado en A Coruña?

Por supuesto. Primero hay que saber a dónde se va, y eso es un plan estratégico, en el que es muy importante que todos estemos de acuerdo en los grandes objetivos. Esto es una ventaja que ya tiene A Coruña porque me consta que es un plan consensuado, por lo que ahora tiene que dotarse de un instrumento con más capacidad para intervenir y con más participación del sector, sobre lo que creo que hay una clara voluntad del Gobierno municipal y de los responsables del turismo para que haya un modelo de participación público-privada.

Ha venido a la ciudad en el marco de una jornada sobre turismo urbano. ¿Es el modelo que se está imponiendo?

Sin lugar a dudas. Las ciudades están creciendo cada vez más turísticamente, y sobre todo en España. Tenemos un gran turismo de sol y playa, pero los crecimientos se producen sobre todo en el vinculado a las ciudades y la cultura, las propuestas alternativas del interior y a las diferentes motivaciones que llevan a los turistas a desplazarse. Los crecimientos son más acelerados en el turismo urbano que en el de sol y playa, que este año se ha estancado por multitud de razones.

¿Tiene posibilidades A Coruña en este campo?

Estoy absolutamente convencido de que sí. A Coruña juega con bastantes ventajas, porque al ser de menor tamaño conserva muy bien su identidad y su estilo de vida. Tiene un paisaje extraordinario con el mar a su alrededor, un interior fascinante y una gastronomía en la que el producto es la estrella. Tiene multitud de ingredientes para ser un destino de éxito y cada vez se van a descubrir más estos nuevos que aún son desconocidos. A España vienen millones de turistas cada año, pero ya han visitado muchas zonas y cuando repiten lo hacen para seguir descubriendo, por lo que hay una gran oportunidad para destinos intermedios que están luchando por posicionarse.

En A Coruña hay un debate sobre si tener Santiago tan cerca es una ventaja o un inconveniente.

Estas cosas siempre son una ventaja. Con destinos próximos ya posicionados tienes la ventaja de que tienes un espacio ubicado que está muy cercano, por lo que hay que hacer es aprovecharlo, ya que encontraríamos muchas excusas para visitar A Coruña desde un mercado que está muy cerca. Después, en la medida que nos demos a conocer, iremos generando una marca propia cada vez más fuerte que cada vez será más atractiva. A Coruña ofrece además muchas cosas que no puede ofrecer Santiago, como el mar. Estas cosas son siempre ventajas, como lo es el Camino. A Valencia también le pasaba esto hace poco, ya que era una ciudad muy desconocida, pero cuanto más promoción se hace y más turistas llegan, cada vez se va haciendo más conocido y eso tiene un efecto multiplicador. Estoy convencido de que A Coruña está en ese camino.

¿Es imprescindible tener un aeropuerto con muchas conexiones nacionales e internacionales?

La conectividad es imprescindible y A Coruña está haciendo un trabajo importante para crecer en este campo, pero también hay que plantearla más allá del aeropuerto de la propia ciudad, sino ir a un radio más amplio para aprovechar otras conexiones. Y en la medida en que el destino se vaya posicionando, la conectividad irá creciendo, aunque este es un proceso lento. Según los estudios de la capacidad aérea, prácticamente se va a duplicar en los próximos quince años, por lo que las compañías van a buscar aeropuertos en los que conectarse y habrá una gran oportunidad en los próximos años.

El AVE llegará a A Coruña en poco tiempo. ¿Qué repercusión tendrá en el turismo a la vista de la experiencia de Valencia?

Es importante porque conecta con Madrid, que es el mercado del centro de la península, y se puede tomar el AVE para ir a Valencia a comer una paella y volver, aunque la mayoría de los viajeros se quedan en la ciudad. Y, además nos permite conectar con un importante hub aéreo, de forma que hemos mejorado mucho la conectividad con Asia y América gracias a Madrid y otros doce hubs. Con Madrid hemos mejorado mucho la conectividad con América Latina, ya que argentinos, mexicanos y colombianos vienen casi todos a través de barajas y desde allí por la península.

¿Tiene capacidad A Coruña para crecer en el segmento del turismo de congresos?

Sí, por la misma razón que en el caso del turismo urbano. Las grandes capitales albergan los congresos más importantes porque tienen una gran capacidad de alojamiento, pero hay una gran cantidad de congresos intermedios que están buscando constantemente espacios nuevos porque los congresistas quieren descubrirlos. Y ahí es donde las ciudades intermedias tenemos una gran oportunidad y estamos intentado posicionarnos cada vez mejor, ya que tenemos precios más competitivos y espacios fabulosos, como sucede aquí con el Palacio de Congresos, a lo que se une la existencia del aeropuerto y una gran cantidad de atractivos.