La coruñesa Sara González Iglesias acaba de titularse en Terapia Ocupacional. Lo ha hecho tras elaborar, como Trabajo de Fin de Grado, un estudio que pone a prueba la accesibilidad de los parques infantiles de dos distritos de la ciudad. De su trabajo deriva una guía que recoge sus resultados, que revelan que los parques coruñeses distan mucho de estar preparados para todo tipo de realidades.

En general, ¿los parques coruñeses aprueban o suspenden en materia de accesibilidad?

Suspenden. Pese a que mi muestra es pequeña, ya que de 107 parques he analizado un total de 30 concentrados en dos distritos, creo que suspenden. Por lo que he observado, sí aprueban en lo que es el acceso al parque en sí. El acceso está garantizado, la mayoría tiene suelo de caucho, que es el material catalogado como más accesible, en materia de discapacidad física sí caben las sillas de ruedas, pero una vez llegas al parque no encuentras juegos o equipamiento que permita a los niños con estas necesidades participar en el juego. Puedes llegar al parque, pero una vez llegas, no puedes jugar, porque los columpios no te dejan.

¿Cuál es la calidad de los juegos accesibles?

Yo he utilizado una clasificación que marca tres grados de accesibilidad. Los de grado dos son aquellos elementos de juego normales y corrientes en los que haciendo pequeños ajustes, como puede ser poner un respaldo, facilita que un niño con poco control de tronco pueda participar y se convierten en accesibles. La mayoría de los juegos que yo he catalogado como accesibles no ofrecen una mala calidad de juego, como por ejemplo los columpios tipo cesta. No significa que tengan que desaparecer los columpios que no tienen respaldo, sino que en un parque haya opciones.

¿Qué convierte en accesible a un parque?

Mis criterios son, en primer lugar, que el 50% de los elementos sean de grado dos. Existe un grado tres, aunque en A Coruña no he encontrado ninguno. Se trata de juegos muy específicos para personas con movilidad reducida, como puede ser un columpio en el que puedas meter la silla de ruedas tal cual. No es lo ideal que todos sean de grado tres, aunque sería interesante que en algún parque hubiese alguno, o en algún colegio de educación especial, por ejemplo. El equilibrio es el grado dos, es un punto medio. También debe tener el acceso garantizado.

¿De qué depende que el acceso esté o no garantizado?

De nada te sirve que un parque tenga elementos accesibles si no puedes llegar a él. El hecho de llegar al parque conlleva muchas cosas. Si analizas la tarea de ir al parque, va a implicar salir de casa, escoger medio de transporte. Si te tienes que mover con un niño en silla de ruedas y el parque está lejos, tienes que ir en coche. El coche tiene que ser grande para llevar una silla. También vas a necesitar un aparcamiento, que además debe tener plaza de movilidad reducida. El pavimento es importante, tienes que poder moverte por el parque: si es todo de arena, por ejemplo, la silla de ruedas ya no se puede mover libremente. En A Coruña, por suerte, el acceso está garantizado a grandes rasgos.

¿En qué medida se limitan las posibilidades de ocio y socialización para un niño con necesidades especiales el no tener cerca un parque adaptado?

En terapia ocupacional, se dice que la "ocupación" principal de los niños es el juego. Un niño se desarrolla jugando y aprende jugando. Es como el trabajo para los adultos. Los parques infantiles, sobre todo en entornos urbanos, son el espacio principal para que los niños jueguen. Si el propio espacio te limita esa actividad, el niño no puede realizar su función principal. Es el lugar donde los niños conocen a otros niños, es un espacio de participación social con su grupo de pares. Si el entorno no es accesible, estás limitando que los niños participen en igualdad de condiciones en la comunidad y en su ocupación principal, que es el juego.

¿Hay algún tipo de legislación que fije unos mínimos de accesibilidad en estos espacios?

No, y me parece muy importante que desde las administraciones empiece a haber una consciencia al respecto. Una legislación ayudaría mucho a que estos espacios mejorasen. Es muy importante que se regule porque actualmente no existen unas medidas claras. Existe la ley de Accesibilidad de 2014, que no regula estos espacios, sino las aceras alrededor del parque, pero no es específico para parques infantiles. Hay un Real Decreto del 2003 por el que se establecen las normas de seguridad, que dicen que tienen que ser accesibles. Se menciona, pero se habla sobre todo de términos de seguridad. No indican ningún requisito ni ninguna regla para que sean accesibles. Si hubiera unos requisitos, los proveedores tendrían herramientas adaptados a estas condiciones.

¿Ha pensado en proponer al Gobierno local ampliar su proyecto?

Yo estoy a disposición del Ayuntamiento. Creo que podría ser interesante ampliar la guía a más distritos. Yo analicé dos de un total de diez, y creo que ayudaría a hacerse una idea del panorama actual de los parques de la ciudad. Llevaría a tomar medidas al respecto y mejorar los espacios. Creo que podría ser útil también para las familias con niños con movilidad reducida para escoger a qué parques ir y descubrir algunos que quizá no conozcan. Con el anterior equipo de gobierno ya tuve contactos favorables, y con este espero que también los haya, por mi parte estoy abierta.

¿Hay poca consciencia respecto a estas necesidades?

Sí. Aunque sí creo que actualmente hay más conciencia, si no tienes un caso cercano o si no estás un poco metido en temas de accesibilidad, no te das cuenta de que un simple escalón puede estar limitando que una persona haga las mismas cosas que tú. Creo que es importante para favorecer la inclusión, si los entornos ya no están preparados para personas con diversidad funcional, esas personas ya no van a ir. Eso también va a implicar que no participen en la comunidad y tú no vas a ver personas con discapacidad, no vas a normalizar que esas personas existan y para ti va a ser algo ajeno. No vas a entender el valor de la diversidad, e igual ves a un niño con discapacidad y piensas que no puede jugar, cuando pueden hacer prácticamente lo mismo que tú.