Nueve meses después de que el Concello le enviara su informe arqueológico, la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta autorizará una excavación en el entorno del petroglifo de Nostián para averiguar si existen más grabados o cazoletas en las rocas al margen de los que se observan a simple vista. La medida supondrá un nuevo retraso en la ejecución del poliducto que unirá la refinería de Repsol con sus instalaciones en el puerto exterior, ya que Patrimonio esperará a que terminen esos trabajos para luego, junto con los técnicos de la compañía, presentar una propuesta de conservación del yacimiento.

El proyecto del poliducto cuenta desde el pasado mes de octubre con la licencia de construcción del Concello de Arteixo, por el que discurre la mayor parte de su trazado, pero todavía no recibió la del coruñés debido al petroglifo de Nostián, cuya presencia no figura en el Plan General de Ordenación Municipal pese a que su existencia está documentada desde hace cuarenta años, por lo que Repsol no lo tuvo en cuenta al diseñar el trazado de esta conducción.

El plazo de construcción de esta infraestructura es de un año a partir del momento en que cuente con todos los permisos, una situación que ahora tardará más en hacerse realidad. Esto puede implicar a su vez una nueva demora sobre la fecha en la que Repsol comenzará a operar en punta Langosteira, que inicialmente debía ser en abril de 2018 y que la Autoridad Portuaria aplazó luego hasta 2021, aunque los inconvenientes aparecidos ahora podrían impedir el cumplimiento de ese plazo.

El poliducto tendrá una longitud de 3,8 kilómetros, de los que 1,3 serán sobre terrenos del municipio coruñés y 2,5 en los de Arteixo. La infraestructura constará de once tubos para transportar hidrocarburos entre el nuevo puerto petrolero y el complejo industrial de Repsol, por lo que será necesario ocupar una franja de diez metros de anchura con dos más a ambos lados para hacer posible los trabajos de mantenimiento que efectuará la compañía.

Patrimonio detalla que el Concello coruñés autorizó a Repsol a contratar una empresa de arqueología para llevar a cabo la limpieza de la zona donde se halla el petroglifo de Nostián. Los trabajos se iniciarán en las "próximas semanas", según este departamento autonómico, que señala que cuando "se conozcan exactamente los restos", se presentará una propuesta de actuación "adecuada para armonizar la conservación del patrimonio cultural con la construcción del poliducto". Sobre este asunto solo se apunta que será "conforme a las soluciones vistas en las diferentes reuniones mantenidas".

La actuación más habitual en relación con este tipo de elementos arqueológicos cuando se ven afectados por obras de infraestructuras es la de su traslado a otro lugar o a las proximidades de donde se encontraba. El ejemplo más cercano es el del petroglifo que existía en el lugar de Borroa, situado en Arteixo y a tan solo 400 metros de distancia del de Nostián, ya que quedó dentro del trazado del vial al puerto exterior. En este caso se optó en el año 2010 por retirar la roca de su emplazamiento y trasladarla al Museo Arqueológico Provincial, ubicado en el castillo de San Antón, para garantizar su conservación.

Este petroglifo ya se encontraba en peligro por haber sido utilizado como parte del cierre de una finca, lo que suscitó las protestas del colectivo Monte da Estrela, dedicado a la conservación del patrimonio.

La construcción del corredor de O Morrazo, en la provincia de Pontevedra, también implicó una intervención de este tipo en el año 2003, ya varios grabados existentes sobre las rocas corrían el riesgo de desaparecer al encontrarse en el trazado de la vía de alta capacidad. La solución adoptada en este caso fue la excavación del entorno de las rocas, su extracción y el traslado. Los petroglifos fueron recolocados en las proximidades de su ubicación original con una orientación similar a la que poseían originalmente.

Pero esta clase de solución cuenta con la oposición de algunos especialistas en patrimonio, que defienden la continuidad de estos elementos en el lugar en el que fueron elaborados al entender que solo tienen sentido allí. Esta opción implicaría un desvío de la infraestructura o una alternativa que no perjudicara ni al petroglifo ni a su entorno.

El informe del arqueólogo municipal sobre el petroglifo de Nostián señala la existencia de estructuras de forma circular similares a cazoletas o agujeros de poste, por lo que advierte de que es necesario indagar si fueron originadas por la erosión o por la intervención humana, aunque a solo 32 metros de distancia se encuentra un castro. El documento proponía la realización de un estudio arqueológico y geológico que determine las medidas que deben adoptarse, opción por la que ahora se decanta Patrimonio al autorizar la realización de la limpieza del entorno de la roca para averiguar si existen elementos semejantes.