Muchos coruñeses todavía recuerdan los cucharones y tornillos expuestos en la ferretería Torres y Saéz de la avenida Linares Rivas. Allí se instaló en 1926 hasta que hace nueve años bajó la verja. El cierre, más que un paso atrás, fue un impulso para la empresa, que, con 125 años de historia, ocupa la nave más grande del polígono de Pocomaco.

En su interior, además de oficinas y almacenes, hay un pequeño espacio dedicado al pasado. Artículos de ferretería que transportan al visitante a otra época, máquinas de escribir y catálogos que se conservan como obras de arte. Su presidente, Enrique Sáez, se enorgullece al mostrar un balance de 1894. La historia en un papel.

Torres y Sáez no es ninguna desconocida, pero quizá pocos sepan que nació como Fernández y Cerezo. No tomó su nombre actual hasta el 1 de enero de 1926, cuando Ángel Torres García y Manuel Sáez Torres, tío y sobrino, tomaron el mando de la compañía.

Ya nada queda de aquella tienda de ferretería en la esquina con Marcial del Adalid ni del establecimiento de menaje en la plaza de Lugo, pero el gigante de Pocomaco sigue trabajando para especializarse en suministro industrial. "Durar es adaptarse, ya lo decía Darwin", cita Sáez, al que le importa el cliente por encima de todo.

La compañía coruñesa también se instaló en Vigo en 1916 y tiene presencia en Barcelona, una trayectoria que le permite llegar no solo a clientes profesionales y grandes empresas sino también a particulares enamorados de las chapuzas y el mantenimiento.

Además de mover cielo y tierra para dar con lo que el cliente necesita, Torres y Sáez se extiende sobre una superficie de mil metros cuadrados en Pocomaco. Y no es la única curiosidad que le caracteriza. Su presidente revela, como si de un secreto se tratase, que "tiene acceso ferrovario", aunque sin uso. "Es increíble que en los años 60, cuando se hizo, hubo gente que pensó en la importancia de dotar la nave de líneas ferroviarias", reflexiona.

La compañía, que "es pequeña pero tampoco tanto", señala Sáez, mantiene una facturación conjunta superior a los 30 millones de euros y trabaja a diario con un objetivo claro, que a su vez es la clave del éxito: la especialización.