A Coruña amaneció hoy con la recomendación de que sus vecinos se quedasen en casa y no saliesen si no era estrictamente necesario para frenar el avance del coronavirus. Muchos obedecieron, así que, en las inmediaciones del estadio, por ejemplo, no había el ir y venir de un sábado; el paseo marítimo, sin embargo, sí que vio cómo los corredores y los ciclistas bajaban para entrenar y para pasear a sus perros, como una mañana de invierno soleada más.

El mercado de San Agustín se despertó con más clientes de lo habitual, que se llevaron casi todo el género de los puestos y, a pesar de ser grupo de riesgo, en las colas, había más gente mayor que joven.