Mónica Rodríguez trabaja en atención al cliente en la oficina de San Cristóbal, que tuvo que ser desinfectada por un posible contagio, según apunta CCOO. Ella le resta importancia y cree que solo se tomaron todas estas medidas "por precaución". "Estoy tranquila. Una compañera tosía, llamó al médico y le dieron la baja. No tenía ningún otro síntoma, pero el protocolo de Correos indica que se proceda a cerrar la oficina y a desinfectarla a fondo", cuenta. Asegura que no ha disminuido su trabajo en el horario reducido que tienen de 09.30 a 12.30 horas, se siente segura con las medidas adoptadas y percibe a los clientes "más agradecidos" por su labor. "Nos dan ánimos", cuenta. Lo que también nota es que las rutinas se complican: "Hay cierta tensión al trabajar por los cambios. No es tan fácil teclear con los guantes o hablar para pedir datos de envío con una mascarilla".