La crisis dio con Lucía Bouza, estudiante de Fisioterapia, a dos meses de terminar la carrera y dejó sus prácticas inconclusas. Pese a que, en dicha titulación, las prácticas en hospitales y clínicas ocupan una gran cantidad de horas en varios cursos, sabe que pierde una valiosa experiencia que le ayudaría a caminar más segura en el mundo laboral. "Dos meses de prácticas perdidos, en la carrera, es bastante. Ahí es donde más aprendes", asegura. Aunque el suyo es un gremio que se caracteriza por una inserción laboral alta, la incertidumbre de los tiempos venideros impide saber con seguridad si la tendencia se mantendrá, ya que el sector privado ha sufrido una sacudida tras dos meses de parón. "Creo que seguirá habiendo trabajo, pero no sé en qué condiciones", augura. La posibilidad de seguir formándose sigue sobre la mesa con cierto suspenso, ya que las condiciones de los posgrados están supeditadas a la forma en la que se desarrolle el virus: "te arriesgas a pagar un dinero para no poder aprovechar bien la docencia".