La Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta ha dado su visto bueno al proyecto de extracción, traslado y reubicación del petroglifo que se encuentra en el trazado del poliducto de Repsol, en una parcela en el entorno de Nostián. Fue un vecino, Carlos Suárez, el que, en 2019 informó al Concello del posible valor que podría tener esta piedra en la que se pueden ver marcas y cazoletas y que, entonces, se encontraba amenazada por la obra de traslado de Repsol a punta Langosteira, tal y como publicó este diario en abril del año pasado.

A pesar de que esta piedra muestra unas marcas que, a simple vista y a falta de un análisis experto, no parecían fruto de la acción de la naturaleza, no estaba documentado en el plan general de la ciudad -aprobado en 2013-. A partir de esta información, el Concello puso en conocimiento de la Xunta este hallazgo y ambas Administraciones así como Repsol estudios técnicos que, finalmente, certificaron que algunas de las marcas habían sido realizadas por la mano del hombre.

El pasado mes de julio, Repsol presentó ante la Xunta un proyecto de intervención realizado por expertos cuyo objetivo era la protección del conjunto antrópico y natural hallado y al que ahora la Xunta ha dado el visto bueno. Antes, había entregado tres estudios arqueológicos y otro geológico sobre la naturaleza de las marcas en la piedra. Patrimonio resolvió a finales de diciembre que el afloramiento cuenta con "dos grabados lineales con círculos concéntricos de entre treinta y cuarenta centímetros de indudable origen antrópico, que solo son perceptibles con luz rasante" y que, a estos grabados acompañaba "un conjunto de cazoletas de origen natural".

La intervención en la zona tiene carácter interdisciplinar y en ella participará un equipo técnico de arqueólogos, restauradores y canteros. La actuación, que se ejecutará en cincuenta días, según estima la Xunta, se estructura en siete fases: documentación y registro, del hallazgo, que ya se ha terminada, después de la entrega de los estudios de los expertos y de la excavación en la zona para ver si se detectaban más intervenciones en las piedras cercanas.

La segunda fase ha sido ya diseñada y tiene como objetivo la adecuación del trazado proyectado. Repsol indica que "ha modificado la configuración del espacio de las tuberías en esa zona para salvar la totalidad del conjunto de cazoletas" para que poliducto y petroglifo puedan convivir.

La protección de los motivos hallados será la tercera fase y se realizará mediante la instalación de geotextil y una capa de áridos en la zona de afección, para garantizar que los motivos no sufren daños en esta intervención.

El procedimiento seguirá con la extracción de los dos grabados circulares, que son los únicos que se verán afectados durante las obras. El siguiente paso será el vaciado de la zanja para el trazado. Se realizará, según explica Repsol en una nota informativa, "utilizando un novedoso sistema mediante perforaciones, cemento expansivo y corte de diamante, que permitirá extraer la piedra libre de motivos sin emplear métodos agresivos como el martillo picador o los explosivos, aislando la zanja del área de cazoletas".

Una vez finalizado el montaje de las tuberías del poliducto, y repuesta la configuración original del terreno, según comenta Repsol, se realizará el replanteo topográfico para la reubicación final de los dos motivos circulares extraídos, con el objetivo de respetar su ubicación espacial, cota y orientación original.

El último paso de la intervención será la reposición de la capa vegetal, "para devolver al conjunto el aspecto que presentaba antes del inicio de las obras", y se realizará "una puesta en valor, mediante señalización e incorporación de paneles informativos". Con la aprobación de este proyecto de actuación, se desbloquea el traslado de Repsol a las instalaciones de la dársena exterior en Langosteira, ya que por esta parcela pasarán los conductos del poliducto que conectará la refinería con su nuevo centro de operaciones.

Patrimonio hace hincapié en que, para la intervención en este conjunto arqueológico, se utilizarán métodos "poco agresivos" que garanticen que el petroglifo no sufre daños.