El partido entre el Liceo y el Noia el sábado pasado vivió un momento curioso entre árbitro y jugadores. Además de las normales protestas por las decisiones de los colegiados, el juez recibió un lamento poco habitual por parte del capitán del Liceo. Cansado de que durante el encuentro, el árbitro llamase varias veces a los deportistas “niños”, se acercó a él para pedir que no les etiquetase más así. David Torres, ofendido por el trato, entendió que ya están lo suficientemente creciditos como para recibir ese apelativo, que el colegiado del encuentro usaba tanto para los coruñeses como para los catalanes de San Sadurní.