La mitad de los socios de la instalación deportiva de San Diego se han dado de baja. El complejo de Os Castros mantiene un horario reducido y la oferta de actividades es menor, al mismo tiempo que los trabajadores continúan en ERTE. El Concello señala, en respuesta a una pregunta escrita de Marea, que tiene “constancia de las quejas de los usuarios” por la “merma” de las actividades y los horarios e informa del volumen de personas que han dejado de ser socias. Sobre las tarifas, indica que es competencia de la concesionaria y que esta se tiene que “adaptar a las tasas recogidas en las ordenanzas”.

Respecto a la situación laboral, el expresidente del comité de empresa y empleado de San Diego, Tito Montero, afirma que están “sin completar la jornada o en ERTE al cien por cien”. “El servicio que se ofrecía de monitor en sala 15 horas, está fuera, más otras cuatro horas que se cierra la piscina ya son 20 horas menos y el sábado tampoco se abre por la tarde”, apunta Montero para explicar que esa reducción de servicios y horarios afecta directamente a que se cuente con menos personal. Cita como ejemplo el departamento de mantenimiento solo está “una persona y antes, cinco”.

Tras el parón de este y otros servicios municipales tras el estado de alarma, la área de Deportes optó por la prórroga temporal a la adjudicataria, al menos, hasta tener lista la documentación y contrato para una nueva licitación. Otro de los aspectos que tendrá que resolver el Concello es la solicitud de compensación económica pedido por Supera por el cierre de las instalaciones entre el 13 de marzo y el 8 de junio. El servicio de Deportes tendrá que estudiar la documentación presentada por la empresa para decidir si le corresponde o no esta indemnización. No obstante, desde el departamento municipal exponen que la misma se “haría efectiva mediante una prórroga del contrato”, como aparece recogido en el informe elaborado para justificar la extensión temporal del mismo.

Otras instalaciones

Otro asunto que está pendiente en las instalaciones deportivas es la renovación de la cubierta de la piscina de Riazor, obras que se adjudicaron en octubre, pero que siguen sin comenzar. Desde el Concello esperan que se inicien en enero, después del paro de la construcción por las fiestas. La previsión que maneja la concejalía es que los trabajos se prolonguen durante dos meses. Una vez que se acaben se retomarán actividades como las escuelas deportivas.

El proyecto consta de cinco vigas de madera principales y seis secundarias, que dividirán la cubierta en cuadrantes. Sustituirán las ventanas de la fachada sobre el graderío por unas nuevas, con carpintería de aluminio lacado en blanco, con rotura de puente térmico y vidrios de doble acristalamiento y de seguridad.