Los afectados por la ampliación del hospital, residentes en el barrio de Eirís, se quejan de que ni la Xunta ni el Concello les han avanzado todavía nada del convenio para la nueva infraestructura sanitaria que, si no hay cambios, se llevará por delante sus viviendas. Con el anterior equipo de Sanidade, con Jesús Vázquez Almuíña a la cabeza, habían llegado al acuerdo de que se derribaría “el número mínimo de casas posible”, solo las imprescindibles y que se les mantendría informados en todo momento del proceso, unos compromisos que no saben si mantiene el actual titular de la consellería, Julio García Comesaña, ya que no se ha puesto en contacto con ellos.

La presidenta de la asociación de vecinos de Eirís, Mónica Díaz, se queja de que nadie les ha explicado la información que, ahora, tienen las empresas a su disposición para redactar el proyecto de ampliación de hospital. En esos documentos se recoge que los residentes afectados puedan ser realojados en la misma zona, siempre que sea posible.

“Aunque lo pone, el procedimiento en estos casos es siempre igual. Valoran las casas y las parcelas, indemnizan y, con ese dinero, decides qué hacer. Eso significa que quien tenga una casa nueva y muy buena va a poder hacer una vivienda normal y, quien tenga una casa normal se va a quedar sin nada porque el dinero no le va a dar para construir otra”, explica Díaz.

La presidenta de la asociación comenta que su principal petición ahora es que se reorganicen los espacios y los viales para salvar las viviendas del barrio y asegura que estarían dispuestos a aceptar que les pasasen los accesos por delante de sus casas si, con eso, consiguen quedarse. “Hay viviendas que ya estaban en Eirís antes que el hospital, el edificio fue creciendo y ya estamos acostumbrados a las ambulancias y al tráfico”, confiesa Díaz, que propone que las nuevas instalaciones se extiendan hacia el parque de Eirís y el aparcamiento y no hacia la parte urbanizada. “Así, el edificio tendría sol por las dos caras y tendría unas vistas preciosas al parque y no hacia una plaza de hormigón en la que da muchísimo el viento, que es lo que propone el proyecto”, dice la presidenta de la asociación vecinal, que se queja, además, de que de las treinta viviendas y un edificio que están en riesgo de derribo, casi todas lo están por la construcción de viales y de la plaza y no de la sede hospitalaria. Si bien la Xunta —ni Sanidade ni Infraestruturas— no ha dado respuesta a sus propuestas de reunión, el Concello ha citado a los afectados la próxima semana, el 19 de enero para hablar sobre el proyecto de construcción.

Díaz considera que los afectados todavía tienen margen de maniobra para conseguir el objetivo de salvar sus viviendas. “Es el Concello el que tiene que construir los viales y no tiene sentido, por ejemplo, que pongan la glorieta en la calle Curramontes no donde está el cruce sino más abajo, justo donde afecta a tres casas, y son unos viales que vamos a pagar entre todos”, comenta Díaz, que asegura que los vecinos no están, “para nada, resignados”, sino que intentarán que el proyecto se modifique para poder seguir en su barrio.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, se reunieron el pasado lunes para anunciar que, antes de que se acabe este mes, firmarán el convenio para la ampliación del hospital. En este documento tendrán que estar especificadas las obligaciones económicas y las responsabilidades de cada una de las administraciones en la ejecución del proyecto. El Gobierno local dará licencia esta semana a la Xunta para la construcción del primer edificio del proyecto, que es la última fase del plan de 2011.