La tensión en las librerías de A Coruña no deja de crecer en los útimos días. Pese a haber saltado a la prensa la oleada de robos que viene sufriendo el sector en los últimos meses, los presuntos culpables, lejos de amedrentarse, han continuado actuando en distintas librerías de la ciudad. Ya son media docena de libreros coruñeses los que sufren, de forma sistemática, robos en sus establecimientos. Afirman que los individuos son siempre los mismos; que están identificados por alguno de los afectados e incluso por la policía y que la forma de actuar es, también, similar en todos los casos. Uno de los hurtos pasó a mayores en Alita Cómics, donde uno de los empleados recibió una mordisco por parte de un asaltante al tratar de impedir el robo.

Los propietarios de los negocios se sienten desesperados y desprotegidos ante la situación que viven en sus establecimientos. En la librería Santos Ochoa han cuantificado pérdidas de hasta 800 euros en un solo robo en concepto de plumas y bolígrafos. En Arenas, Formatos, Moito Conto, Nóbel y Alita Cómics también han sido objeto de estos hurtos, y todos los libreros observan formas de proceder idénticas.

“Entran entre tres y cuatro en la tienda. Unos entretienen al personal y otros se llevan los libros”, cuenta Esther Gómez, propietaria de Moito Conto. Los libreros han notificado, asimismo, que si alguno de los responsables de los negocios identifica a los sospechosos y los echa de sus locales, sus cómplices aprovechan la coyuntura para llenarse los bolsillos y las mochilas de material y salir.

Los afectados señalan, primordialmente, a una pareja joven, hombre y mujer, de los que incluso han tomado fotografías y que aparecen en las cámaras de seguridad de algunos establecimientos como principales responsables de los robos. “Pedimos que se nos proteja y que se investigue a dónde van a parar estos libros. Abrimos mañana y tarde con tensión. No sabemos qué hacer para que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto, hay una concejalía de Seguridad Ciudadana”, reclama Esther Gómez.

La idea inicial de los propietarios era la de presentar una denuncia conjunta contra estas actuaciones, una vía que finalmente han desechado al comprobar que no es posible legalmente. Algunos de ellos, que ya han denunciado varias veces de forma particular, animan a todos los afectados a hacer lo propio, de modo que se acumulen varias denuncias y el proceso pueda ser admitido a trámite.

Otra de las soluciones que proponen los propietarios es que sea la Federación de Libreros de Galicia la que presente denuncia de forma colectiva, en este caso, dirigida a otra de las piezas clave en la trama: el lugar al que, aseguran, van a parar estos libros tras ser hurtados. Los libreros señalan a distintos establecimientos o webs de compraventa de libros de segunda mano como los receptores de los robos, y aseguran que la denuncia podría encaminarse a este sector por “estar fomentando los robos”.

Los libreros afirman que estos establecimientos de libros y otros objetos de segunda mano están “llenos de nuestros libros”, en los que incluso constan a la vista las etiquetas de las librerías afectadas, y que ya en el pasado ocurrieron conflictos con procederes similares, que se solucionaron tras la intervención de la Federación en los establecimientos receptores del material.

“No puede ser que como es un hurto no se pueda hacer nada. Han descubierto que es muy fácil robar aquí”, denuncian los libreros, que aseguran no ser los únicos afectados, pues afirman que cadenas a gran escala como Fnac u Opencor podrían estar siendo objeto de robos por parte de los mismos individuos.