El parque de pisos de alquiler turístico resiste a la pandemia. La forma de viajar ha cambiado, tanto por las restricciones como por el miedo al coronavirus, pero las viviendas vacacionales se han visto reforzadas. Los números lo demuestran. En A Coruña, el aumento es del 17% en un año, de los 384 pisos que había en febrero de 2020 a los 449 que figuran en el Rexistro de Empresas e Actividades Turísticas de Galicia (REAT) publicado el 1 de marzo.

“La ciudad tiene mucho potencial y al viajero le gusta la opción de llevarse el hogar a donde va de vacaciones. No hay zonas comunes y en las viviendas turísticas se puede hacer un turismo en burbuja”, expone el vicepresidente de la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga), Rafael Serrano, que tiene sus oficinas en la plaza de Pontevedra.

El aumento de viviendas vacacionales disponibles, que supone también un crecimiento de camas, pasando de las 1.783 del año pasado a las 2.067 actuales, se debe, en parte, a que muchos propietarios han decidido registrar sus alojamientos en la plataforma de la Xunta. “Creamos una página web Legaliciate.gal para explicar cómo regularizar estos pisos. Es una normativa muy reciente y todavía se están sumando viviendas”, apunta Serrano. Así, el número de inmuebles disponibles para su alquiler vacacional podría ser superior al que notifica la Xunta, ya que no todas las viviendas están registradas.

Pero también aparecen nuevos anfitriones que quieren dedicar sus viviendas a uso turístico, a pesar de que cuando se inició la pandemia se esperaba que muchos de estos pisos se destinasen a alquiler tradicional. “A pesar de que el mercado esté prácticamente cerrado ahora, Galicia se ha posicionado como potencial destino turístico postpandemia. Ya se notó el verano pasado. Hay un crecimiento del turismo familiar, la gente busca más tranquilidad”, señala el vicepresidente de Aviturga, que informa que “ya hay reservas para verano sin saber si se va a poder venir o no”. El coronavirus ha hecho que los turistas piensen en “viajar más cerca pero de forma más independiente, por eso en muchas ocasiones eligen un piso”.

El número de plazas en hoteles sigue siendo superior a las ofertadas en las viviendas turísticas, con 3.695 camas en la ciudad, 45 menos que hace un año. Rafael Serrano opina que “ambos modelos son complementarios”, por lo que “no hay enfrentamiento” ni se busca que las plazas de los pisos superen a las hoteleras. “Los pisos turísticos se adaptan más a planes familiares o de amistades, pero los hoteles son imprescindibles. No sabemos cómo va a ser el turismo después de la pandemia, pero lo que está claro es que las viviendas turísticas están en la cabeza de la gente”, reflexiona. En el listado de la Xunta figuran también 29 hoteles, 40 pensiones y cinco apartamentos dedicados al turismo.