“Enhorabuena”, le dice una vecina a Francisco Raposo, trabajador de la gasolinera de Repsol de la plaza del Parque, en Monte Alto. ¿El motivo? Se jubila en dos semanas tras servir combustible en este surtidor desde hace casi cuatro decenios. Poco a poco conocidos y clientes que ya saben de la noticia se despiden de él tras muchos años viendo cómo les llenaba el depósito. Este gasolinero relata que han sido muchos años de trabajo y que en este tiempo ha visto que los niños que “iban al colegio de La Grande Obra (de Atocha) ahora son clientes”.

Francisco Raposo, que tiene 65 años y nació en Carral, empezó a atender el surtidor de la pequeña estación de servicio de Monte Alto, situada al principio de la calle de la Torre, en el mes de julio de 1983, hace ya 38 años. Entonces en España los socialistas liderados por Felipe González empezaban a gobernar y se acabada de producir la nacionalización de Rumasa. Pero A Coruña también era diferente. La zona en la que está situada la gasolinera a la que acabada de llegar Francisco Raposo era bien distinta a cómo está hoy. Recuerda que “la calle de la Torre y Orillamar” eran de “doble dirección” y que la plaza era de tierra, ahora está pavimentada. Al lado también se conservaba el lavadero público en Orillamar y estaba el hoy desaparecido cuartel de San Amaro.

El trabajo hace casi 40 años también era distinto. Raposo relata que había “las máquinas antiguas de rodillos” y que solo se admitía “efectivo” para pagar. “El trabajo cambió. Ahora hay facturas y tarjetas. Es más papeleo. Entonces no había nada de eso. Hay más trabajo ahora”, señala. Otro aspecto que era diferentes antes es que en el surtidor solo había gasolina súper o normal. No había gasoil para repostar, como sí hay hoy en día.

El trabajo lo consiguió gracias a su suegro, que conocía al dueño. Con este jefe estuvo cerca de 37 años y medio. Hace poco traspasó el negocio a una empresa llamada Lleno Neno SL. Empezó con 27 años y ahora se marcha con 65. Francisco Raposo asegura que nunca ha tenido problemas con ninguno de los dos dueños que tuvo este surtidor. Antes de empezar a trabajar en la estación de servicio de la plaza del Parque, Raposo ya había tenido experiencia en el sector. “No era nuevo, ya trabajara en esto”, afirma. Estuvo doce años en Inglaterra entre la década de 1960 y la de 1970, donde trabajó en un taller mecánico, donde también había gasolinera.

En cuanto a la evolución del trabajo durante 38 años en la gasolinera de Monte Alto, Francisco Raposo explica que antes había “más trabajo que ahora”, ya que había más tránsito de vehículos. Esto ya era una tendencia antes del estallido de la crisis sanitaria. Detalla que “se nota mucho” el descenso que se produjo con respecto a las últimas décadas, ya que antes había más vehículos que pasaban por la zona al no estar construido el paseo marítimo. Relata que podía verse “gente de fuera”, muchos “madrileños”. “Iban a la Torre, mucho turista”, asegura.

Uno de los episodios que recuerda es una huelga de transportistas que se produjo hace unos quince años, lo que provocó que en la gasolinera se produjesen grandes colas. Llegaban “al Manda Truco” y daban la vuelta a la plaza.

Ahora tras 38 años en esta estación de servicio a Francisco Raposo le toca descansar. El lunes 28 de junio será su último día de trabajo.