El dibujante y pintor Tyto Alba acude a la nueva edición de Viñetas desde o Atlántico con una de sus últimas obras, la adaptación en cómic del libro El olvido que seremos, obra autobiográfica del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince. La biografía es uno de sus caballos ganadores: el autor ha llevado a viñetas la relación entre Chavela Vargas y Frida Kahlo, la andadura parisina de Picasso y, más recientemente, la vida del poeta Walt Whitman a través de su participación en la guerra de secesión.

Adaptó a viñetas el libro El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince. ¿Estaba acostumbrado al guion, o prefería la autonomía?

El guion era parte de mi trabajo, pero me dieron total libertad. Lo que tengo es una manera de trabajar, no hago como la mayoría de dibujantes, que tienen todo paso a paso: hacen el guion, tienen el libro abocetado de principio a fin. Voy sobre la marcha, trabajo a capítulos, a fragmentos, de repente hay una página que tengo muy clara y la hago directamente. Luego tienes un puzzle y tienes el trabajo de ordenarlo, de rehacer cosas que por tener este impulso de querer terminarlo te han salido mal. Pero sí, total libertad, he ido haciéndolo a mi manera.

En este caso, es una historia real, la vivencia del escritor. ¿Hay cierta presión a la hora de adaptar?

Sí, ahí está la dificultad, no tanto creativa sino de quedar bien con esas personas reales que van a ver tu historia, que es algo muy íntimo. La presión era ser lo más fiel posible, no meter la pata, no inventarme las cosas, no ficcionarlas para que estéticamente quedase bien. Por suerte, pude estar muy en contacto con el autor.

Tiene cierto apego a la realidad. Al margen de su propio universo, ha trabajado mucho con biografía.

Sí, entré mucho en la biografía, sobre todo a raíz del cómic de Chavela Vargas y Frida Kahlo. A mí se me hace más fácil entrar en un proyecto y contar una historia a raíz de personajes reales que inventándome algo que saliese de mi imaginación, que seguramente disfrutaría, pero se me vienen siempre tantas ideas a la cabeza, que no sabría por donde tirar. Siempre voy cambiando de proyecto, tengo algo avanzado y lo dejo... con la historia real ya sabes lo que ha pasado, simpatizas con el personaje, conectas con la historia.

Ha biografiado a Chavela Vargas y Frida Kahlo, Picasso, Fellini... ¿Con qué criterio escoge a los personajes cuyas vidas adapta?

Son, sobre todo, personajes que me interesan. Son anécdotas y escenas y momentos. Lo que se me quedó grabado de Picasso, por una serie que había en la tele, era el suicidio de Casagemas. Dos amigos que se van a París y uno de los dos se suicida en ese entorno, eso es lo que me interesa, no que sea Picasso. Con Chavela Vargas y Frida Kahlo, lo mismo, esa chica que viene de Costa Rica a México y se hace amiga de esta mujer tan extravagante. Me interesaba más sus vidas que sus obras. De Walt Whitman sí que me gustaba mucho su poesía; y sale la chispa cuando me entero de esta historia de la Guerra Civil.

El resto de personajes nos resultan más familiares, pero Walt Whitman aquí es menos conocido. ¿Qué versión encontramos de él en esta adaptación?

Está dividido en dos partes: el Whitman que conocemos por su obra, este personaje tan terriblemente vital, que llega a un punto que es trascendental y místico. La primera parte es casi más obligatoria para explicar quién era, es casi didáctica. La segunda parte es la que me interesaba, que es su papel en la Guerra Civil, que al final fue una buena idea, porque ambas partes contrastan mucho.

Ilustración de Tyto Alba

Ilustración de Tyto Alba