La reforma de la calle Monte das Moas para su peatonalización supuso la eliminación de las aceras para dejar todo el pavimento al mismo nivel, incluso en el cruce con Ángela Blanco de Soto, por la que siguen transitando los vehículos. Quizás para evitar que las esquinas de esta intersección sean utilizadas como aparcamiento irregular, el Concello ha colocado bancos en esos lugares. Pero lo que choca al verlos es la considerable pendiente en la que se encuentran, de forma que resultan incómodos para quien se siente en ellos, salvo que lo haga en el extremo situado en el nivel más bajo, y que de lejos le dan aspecto de mini montaña rusa.