El Ayuntamiento y la Xunta firmaron ayer el convenio de colaboración para la reforma del mercado de Santa Lucía, que pasará a albergar un centro de salud y un centro cívico, además de reservar un espacio para los placeros. El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, confió en que el trabajo “podría estar” finalizado en 2023, si bien hasta el momento no se ha redactado el proyecto, no hay fecha de licitación y faltan por definir cuestiones como el coste de la inversión, motivos por los que la alcaldesa Inés Rey indicó que todavía no se pueden poner “fechas exactas”. Rey prometió, eso sí, que redactar el proyecto será una “prioridad absoluta” tanto para el Ayuntamiento como para la Xunta. “El barrio lleva muchos años esperando por ese centro de salud”, señaló.

Según avanzó García Comesaña, la superficie dedicada al ámbito sanitario será de unos 1.300 metros cuadrados, repartidos en dos plantas. Esto supone un importante incremento frente a los 387 que actualmente tiene el centro de salud del barrio, situado en Federico Tapia, que el conselleiro calificó de “obsoleto” por sus “deficiencias” y “espacios de pequeñas dimensiones”. En marzo el delegado de la Xunta en Galicia, Gonzalo Trenor, había informado a los vecinos de A Falperra de que la superficie sería de unos 1.600 metros cuadrados.

La mayor amplitud de Santa Lucía permitirá incrementar los servicios. Entre los cambios principales, se incrementarán de tres a seis las consultas de medicina general, y las de enfermería y pediatría pasarán, en ambos casos, de dos a cuatro. Además, como ya se había anunciado, se incluirá una nueva consulta para matronas, una sala de educación maternal, y una sala de espera específica para pediatría. Rey aseguró que las obras de los centros de salud y cívico y las del espacio que se mantendrá como mercado se realizarán de manera “integral y simultánea”.

A través del convenio, el Ayuntamiento le cederá la gestión del edificio al Servicio Galego de Saúde (Sergas) durante 30 años. El organismo autonómico correrá con los gastos de la obra, pero esta la gestionará el Ayuntamiento en solitario para agilizar los trabajos.

Más de un lustro de espera

El proyecto original había sido diseñado y anunciado durante la alcaldía de Carlos Negreira, pero, tras la asunción del Gobierno local por Marea Atlántica, la reforma se atascó debido al diseño. Gallego Jorreto, arquitecto original del edificio en 1980, propuso una disposición que no aceptó la Xunta. El Concello presentó entonces ubicaciones alternativas, en A Falperra o en el Paseo de los Puentes, que el Gobierno gallego también rechazó.

Poco después del cambio de Gobierno local, en julio de 2019, la Xunta aceptó un diseño en dos alturas, con el mercado en la parte inferior del inmueble. En un encuentro realizado ese mes entre Inés Rey y el presidente del Gobierno autonómico, Alberto Núñez Feijóo, ambas administraciones decidieron desbloquear el proyecto, lo que ha llevado, más de dos años después, a la firma del convenio.

Los escasos placeros que quedaban en Santa Lucía tenían que haber abandonado los puestos hace meses, después de que una inspección de Sanidade detectase deficiencias en el protocolo contra el COVID, pero fueron realizándose prórrogas hasta que los dos últimos dejaron el edificio el 31 de agosto. Los que continúan en activo han sido reubicados en calles del entorno del mercado.